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¿Qué tipo de yoga es para mí?

Esta disciplina milenaria te ayuda a relajarte, a ejercitar tu cuerpo y a lograr fines espirituales, sin embargo lo hace de manera diferente en cada una de sus ramas.

Es algo muy típico que comienzas a hacer yoga, es que vas tomas la clase, y comienzas a sentir que tu cuerpo se relaja, que te sientes mejor, quizás te duele todo el cuerpo al día siguiente. Todo va perfecto hasta que te topas con alguien que lleva años realizando esta disciplina y te pregunta: “Qué tipo de yoga estás haciendo?”, mientras que no tenías idea de que existían varios tipos de yoga.

Claro, a veces nos da miedo preguntar o los anuncios que vemos son muy generales (normalmente uno lee YOGA), y más allá de saber si es una buena opción, cada una tiene un propósito un poco diferente, algunos más espirituales que físicos, por lo que es importante conocer la diferencia entre una y otra. Tu elección, como siempre depende de lo que quieres lograr.
Primero, hay que hacer una distinción entre los estilos de yoga, tipos de yoga y las 8 ramas de la misma, que no son lo mismo.

Entre los estilos de práctica de asanas, podemos encontrar: Hatha (que en general se refiere a la práctica de asanas), Vinyasa (que fusiona movimiento y respiración), Jivamukti, Dharma, Prana Flow, Vinyasa Flow, Ashtanga Vinyasa, Iyengar, Anusara, Viniyoga, Bikram, Kundalini, Vinyasa Krama, AcroYoga, AeroYoga, Kurunta, entre muchos, muchos otros. Pero estos son los estilos más populares.

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Yoga espiritual

Los tipos de Yoga se refiere a los senderos para alcanzar Moksha o la liberación espiritual o estar en contacto con Dios o el Universo. Estos senderos son:

Karma Yoga. El yoga de la acción desinteresada.
Bhakti Yoga. El yoga de la devoción.
Jñana Yoga. El yoga del conocimiento.
Mantra Yoga. El yoga de la quietud de mente a través de la repetición sonora, canto de mantras con japa mala.
Hatha Yoga. El yoga de la purificación del cuerpo, donde entran las asanas (o sea, los estilos arriba mencionados).
Raja Yoga. El yoga de la mente, que combina lo esencial de todas las ramas.

Si practicas yoga de forma sistemática, podrías llegar a su fin último que es tener control de tu energía a través de los siete centros o chakras.

7 sahasrara —por encima del cráneo, la coronilla, corresponde a la liberación espiritual y su color es blanco malva.
6 ajña —en el entrecejo, su elemento es el pensamiento y su color, morado.
5 vishuddhi —en la garganta, su elemento es el vacío o éter y su color, azul.
4 anahata —en el corazón, su elemento es el viento y su color, verde.
3 manipûraka —en el estómago, su elemento es el fuego y su color, amarillo.
2 svâdishthana —en los genitales, su elemento es el agua y su color, anaranjado.
1 muladhara —en el perineo, base de la columna vertebral; su elemento es la tierra y su color, rojo.

También existen 8 ramas del Yoga, que de acuerdo a Patanjali, son las siguientes:

Yama. Código social.
Niyama. Código personal.
Asana. Postura (donde entra el Hatha Yoga).
Pranayama. Regulación de la respiración.
Pratyahara. Interiorización.
Dharana. Concentración.
Dhyana. Meditación.
Samadhi. Superconsciencia.

Yoga con fines más físicos

Seamos realistas, no se le puede quitar la parte espiritual a la yoga, eso es un hecho. Pero digamos que hay algunos tipos mucho más exigentes con el cuerpo. Quizás son los que de momento te interesan más, así que vamos a describirlos un poco.

Vinyasa yoga: Es físicamente mucho más demandante y se basa en poses que involucran todo el cuerpo llamadas “saludos al sol”. El movimiento es coordinado con la respiración, exhalando mientras te colocas en la postura.
Ashtana yoga: Una serie de asanas (posiciones) muy precisas que no cambian. Ashtana yoga es muy demandante y es un ejercicio completo.
Iyengar yoga: Si lo tuyo es la fuerza y la precisión, este tipo de yoga es para ti. Aparte del esfuerzo físico requieres que las asanas se realicen con precisión, por eso los maestros de esta disciplina pasan mucho tiempo corrigiendo a los integrantes de la clase. El reto está en mantener las posturas por largos periodos de tiempo.
Bikram y yoga caliente Esta se realiza en estudios calientes (a unos 35 a 40 grados de temperatura), este calor ayuda con la flexibilidad en los músculos y a abrir los poros de tu piel. O sea, ¡a sudar se ha dicho!

Como nos comenta Becky Santoyo, quien lleva años en esta práctica, depende mucho también de tu condición física, edad, lesiones, etc:

Digamos que una chica de 18 años puede perfecto practicar Ashtanga Vinyasa, alguien en sus 20s se puede sentir más atraída al Prana Flow; 30s se sentirá más atraída por el Kundalini; un(a) practicante de años ira por una práctica más profunda en alineación como el Iyengar.

Así que ya lo saben chicas, elegir su estilo de Yoga no es una decisión que se toma a la ligera, hay que considerar bien nuestro cuerpo y lo que deseamos lograr. ¡Feliz Yoga!

Fuente: Algarabía y Your health and wellness guide, agradecimiento especial a Becky Santoyo con su colaboración para hacer más completo este artículo.

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