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¿Baño de hombres o baño de estadio?

Recuerden que el baño habla por ustedes

Aunque no tengo tantas mañas en el baño, definitivamente entrar a uno de una casa donde viven solo mujeres es muy diferente que entrar a uno donde vive al menos un hombre. No sé por qué existen tipos tan cochinos a la hora de ir al baño. Muchos no levantan las dos tapas para hacer pipí y no entienden que una se sienta en ese lugar y que quedar con el cachete mojado con meado ajeno es un asco. Qué les cuenta tomar un pedacito de confort y limpiar. Además, achuntarle no es una labor muy compleja, si el diámetro del WC es bien amplio.

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Hay baños de hombres que no tienen otra calificación que “Baño de estadio”. Hay pipí hasta en el suelo y el sarro acumulado en el fondo de WC, por no darse la lata de tirar la cadena, es realmente asqueroso. Para qué hablar del olor, del papel confort mojado y el espejo salpicado por la pasta de dientes o espuma de afeitar.

Otra mala costumbre del baño de hombres son los pelos que dejan en el jabón de la ducha. Por supuesto que no son pelos de la cabeza y después una tiene que lavar el jabón para poder pasárselo por el cuerpo.  Realmente chanchos.

Espero que los hombres sepan desde ya, que cuando invitan a una mina  a la casa de un tipo, ella se fija en todo. En todo. A veces revisamos los cajones del baño, espiamos el champú que ocupa, el desodorante y si tiene cremas o cosas de dudosa reputación. (Si hay demasiados productos de mujer, hay que tener cuidado; en cualquier momento llega la mina oficial)

Por otro lado, ¿no les da asco tener la toalla de manos como trapero? Si pareciera que la usan hasta para secar el agua que cae al piso. Qué decir de la bajada de ducha que más que eso parece el pisa pies de la casa.

A parte de lo que ya les he contado, hay varias otras malas costumbres de los hombres en el baño que en verdad nos hacen salir canas verdes, que son asquerosas y que más encima demuestran su flojera. Me carga que no cambien el papel higiénico cuando se acaba, que no boten los papeles del basurero y que no cuelguen las toallas mojadas, sino que las dejen tiradas en el  suelo del baño o de su pieza o mojadas sobre la cama. Que boten los frascos vacíos de champú sería un milagro. Además, piensan que el baño es un walking closet. Dejan la ropa colgada en el fierro de la cortina, las zapatillas tiradas y hasta el bolso del gimnasio sobre la taza del wáter. Cuando se sientan en el trono, obvio que se llevan las revistas y diarios al baño, pero jamás regresan a su lugar.

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Quizás piensan que cuando se acabe el papel higiénico pueden ocuparlas de emergencia.

¿Les ha pasado o creen que exagero?

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