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«Madres y padres consideran la primera infancia como la edad de la inocencia, un momento en el que las y los niños están libres de la conciencia de su imagen corporal o de autoconciencia», explicó Janet Liechty, a la revista Medical Express en el marco de la presentación de un estudio encabezado por ella sobre imagen corporal en niñas y niños preescolares (dos a cuatro años). Esta negación les hace perder la oportunidad de promover una formación positiva en relación a su imagen corporal.
De acuerdo con el estudio encabezado por Liechty, quien es profesora de medicina y trabajo social, y especialista en desórdenes alimenticios en la Universidad de Illinois, las y los niños están en formación de sus imágenes corporales mucho antes de lo que sus padres esperan.
El estudio consistió en una encuesta hecha a 29 madres y un padre para explorar sus percepciones sobre la imagen corporal de preescolares. Aunque la mayoría de las personas entrevistadas dijo que no influencia de ninguna manera la imagen corporal de sus hijas e hijos, durante la conversación, hasta 40% de ellas admitió que sus niñas y niños mostraron al menos un comportamiento relacionando al cuerpo, por ejemplo, discutir sobre su peso o imitar comentarios sobre la talla y el peso.
Ante esto la coautora del estudio Julie Birky dijo que «sin mayor conciencia, las y los padres pueden estar perdiendo oportunidades para impulsar la confianza y aceptación corporal a edades tempranas, lo que haría que las y los niños estén protegidos de percepciones negativas sobre su cuerpo en la adolescencia».
Aprovechar esas edades para la formación de las y los hijos es fundamental, ya que es entre los dos y los cinco años cuando hay un rápido desarrollo físico e intelectual, así como del autoestima, según indicó el Child Development Institute.
Para mejorar el desarrollo positivo de la imagen corporal de niñas y niños las investigadoras sugieren como primer paso enseñar a las madres y padres a cultivarla ellos mismos, enfocándose en lo que sus cuerpos pueden hacer, no en cómo lucen.
Las otras autoras de esta investigación son Kristen Harrison, profesora de estudios de la comunicación en la Universidad de Michigan y Samantha Clarke, egresada de la carrera de servicio social en la Universidad de Illinois.
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