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Benjamín Alvarado, exitoso golfista chileno: “Toda la vida he peleado por llegar donde estoy”

En la familia de Benjamín, si no tienes una clavícula rota, una rodilla operada o una espalda en mal estado , no mereces ser del clan Alvarado. Siempre sus padres y hermanos han practicado variados deportes, demostrando que moverse con pasión es algo que le corre por las venas.

 

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Por Angélica Salas. Fotografías: Gonzalo Muñoz.

Bueno… Primero, hay que decir que estamos en Chile. Luego, que si un deportista no se manda una proeza de aquellas, ni nos enteramos que existe. Partiendo entonces de esta premisa, es que hacemos un generoso y tremendo mea culpa a nombre de toda la prensa y pasamos a felicitar y sentir orgullo por Benjamín Alvarado, golfista de 28 años que recientemente ganó un importante torneo (Brasil Classic) que le permitió acceder a disputar un peldaño más alto en su carrera: el Web.com Tour.

Dicho esto, es sólo un «dato» de su vida que sea el marido de la estupenda y simpatiquísima modelo argentina Lucila Vit. Las invito a conocerlo mejor.

«Hijo del buen augurio»

El significado de Benjamín, nombre de origen hebreo, es «Hijo del buen augurio», y siempre se ha referido al caso del miembro más pequeño y más querido de la familia, lo que se ajusta perfecto a la historia de Alvarado.

Es el segundo golfista más joven en Latinoamérica en ganar el torneo Web.com Tour. Y para lograrlo recorrió un largo camino que partió con dos ruedas…

Dijiste una vez que habías dejado las motos porque eran muchos los porrazos y las lesiones… Y resulta que con ellas nunca te hiciste daño alguno, y con el golf ya te has operado la rodilla tres veces…

¡Cierto! Lo que pasa es que cualquier deporte que hagas todos los días te pasa la cuenta. Cuando uno piensa en el golf dice «esta cuestión es pa’ viejos», pero en verdad se hace un giro especial con las rodillas, y con la espalda lo mismo: la giro en 180 grados. Haciendo esto todos los días, te vas lesionando. Yo hacía moto, porque todos mis hermanos la practicaban, y hacía lo que la familia hacía…

Mi papá es súper deportista y él andaba en moto… Claro que después se pasó al golf, porque le dieron dos infartos. El mismo doctor le dijo que si no se pasaba a un deporte menos arriesgado, se iba a terminar matando. Y así fue cuando a los 12 años le pedí acompañarlo para no quedarme solo en la casa. A él no le gustaba tanto, a mí sí, así que terminé contagiando a toda la familia. ¡Si hasta mi mamá jugaba! Pero tuvo que dejarlo por un problema a la columna.

A los 13 le pedí a mi papá que me metiera a un colegio de deportistas, pero él apostaba mucho más por otro de mis hermanos, que sí era bueno para el golf, pero no le gustaba. Y ahí mi mamá le dijo ‘o los metes a los dos, o a ninguno’. Y a los cuatro años mi hermano dejó el golf, y yo seguí. Ya a los 15 era campeón sudamericano, lo fui tres años seguidos… Al final mi papá daba todo, full por mí.

¿Qué esfuerzos han hecho por ti?

Muchos. Económicos y emocionales. Mi papá después de los infartos quedó súper sensible, y cuando me va mal la sufre, y ahora que gané, lloró de alegría. Hace poco perdí un vuelo, casi se cae el avión en el que venía, y al final me dejó botado en un desierto en México. Llamé a mi papá para que me ayudara a contactar a la aerolínea y ver qué se podía hacer. Llamó y nadie sabía nada. «Ya, no te preocupes, ahí veo qué hago», le dije. Después mi mamá me contó que él se desveló, que no durmió toda esa noche preocupado por mí, mientras ella le decía: «¡Tranquilo!, ¡ si ya está grande! ¡Ha perdido muchos vuelos antes y sabe arreglárselas!». Y él le respondió, «¡es que yo me muero si le pasa algo!»… Soy oficialmente su regalón (ríe).

Benjamín le agradece mucho a su familia, desde luego, y la vez a su preparador en los primeros años, Hugo Contreras, quien llegó a trabajar al Club de Polo cuando Alvarado tenía 15 y era el número uno de Chile en su categoría. Contreras vio todo el potencial de este joven jugador, y le pidió al papá que lo dejara entrenarlo y moldearlo a su modo. «Nunca cobró un peso por esto. Íbamos para todos lados juntos, y con él salí campeón mundial. Nos separamos cuando me fui a vivir a Estados Unidos. Hicimos un muy bien equipo», recuerda con cariño y gratitud.

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