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Pedro Ruminot, el Darth Vader de la comedia se confiesa

El humor negro-negro-negro, es lo suyo. Ya sea que esté delante de las cámaras en un monólogo que destroce irónicamente a alguien, o detrás de ellas, despidiendo a María Eugenia Larraín del set de “El Late”, en Chilevisión, por fome. Su forma de ver el mundo puede ser radical para muchos, pero a él, hasta le salvó la vida.

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Por Angélica Salas. Fotografías: Gonzalo Muñoz.

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Ha sido el «Notero Pobre», «Cirilo», «el Hombre Ardiente», peor hoy es un tipo serio. Y cómo no, si es el director más joven de la televisión chilena y hasta se tuvo que dejar barba para darse un toque más adulto y así tratar de verse más experimentado. Atrás quedaron esos tristes días en los que ni cejas le quedaban debido a un voraz cáncer que a los 27 años amenazó con matarlo.

En la actualidad, lo que parece comérselo es el trabajo: «Escribo los guiones de ‘El Late’, de hecho anoche me quedé hasta las 4 de la mañana. Hoy sólo hago esto. ¡Esta pega me consume mucho, y ya no tengo vida!». Esto pese a su juventud, que hace que los grandes próceres de su canal estén constantemente aconsejándolo, pero que al mismo tiempo se sorprenden con él.

¿Cómo lo hace? Bueno, ya había dirigido «El Club de la Comedia», pero «El Late» es diferente. Ha logrado obtener la hilarante participación de invitados como Emilio Sutherland, Gabriel Boric, Giorgio Jackson, el Negro Piñera, Salfate y…, Kenita Larraín.

Justo hablamos con Ruminot en medio de la polémica por la entrevista a la rubia en la cual el conductor, Fabrizio Copano, la incomodó mostrándole una extremadamente larga lista de supuestos amantes. Además, en un instante entró gente gritando que era una bruja y que había que quemarla. Fueron 25 minutos de pelea. Pero al aire sólo se mostró su ingreso y su salida, apenas 44 segundos, con Copano diciéndole: «Kenita te invito a retirarte porque eres la invitada más fome que hemos tenido». Esa orden de despedirla vino de arriba, del director, de Ruminot. Y levantó mucha roncha, porque de los invitados, ella ha sido la única a la que se le ha pagado. A pesar que hubiese sido un peak de rating emitir la pelea completa, Ruminot prefirió que no. Rating así, no. Así se quiere manejar.

Ante estos casos, ¿qué tipo de director eres?

No soy un director tirano, si bien tengo momentos de tiranía. Es que todo se hace bajo presión, sobre la marcha. Soy un Borghi que sueña con ser Bielsa. Dirijo un programa de humor, no de farándula. No tengo nada en contra de ellos, de hecho yo trabajé en SQP, pero «El Late» tiene otra línea. Creo que son este tipo de decisiones las que te forjan el carácter de director. Uno elige un camino.

¡MALDITA SEA!

Estudió en una escuela industrial para ser Electromecánico. Trabajó en una fábrica de materiales de acero, haciendo su práctica a los 15 años. Pero lo pasaba muy mal y en su cabeza ya se incubaba la inquietud de forjarse otro futuro. Un día, mirando el extinto programa «Maldita Sea», del también extinto canal Rock&Pop, se le prendió la ampolleta. «Veía harta tele porque tenía pocos amigos del barrio, no teníamos buena situación económica, y eso hacía que nos cambiásemos mucho de casa. Este programa invitaba a un concurso de cortometrajes, no tenía ni idea qué significaba eso, pero me propuse participar». No alcanzó a entregarlo porque se demoró mucho, y su opera prima –que se suponía era una historia de muerte y sangre (mucha tinta roja que salía de tubos que él apretaba)– finalmente, causaba risa. Con la experiencia y el resultado, descubrió su pasión.

¿Qué dijeron tus padres de este giro vocacional?

Me tocó enfrentar a mi papá, que no apoyó mi decisión de entrar a estudiar Comunicación Audiovisual, porque era de la idea que sólo trabajando en una fábrica, tal como él lo llevaba haciendo por 30 años, podría surgir. No nos hablamos por un año, a pesar de vivir bajo el mismo techo.

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