Por Karen Hernández
PUBLICIDAD
Podrá ser un estereotipo típico de las películas y series de televisión pero es una realidad que a las mujeres les venga ganas descontroladas de comer las cosas más extrañas que hay en el frigorífico.
No podemos decir que hay un menú reglamentario de antojos, pues aunque los encurtidos (como los pepinillos) y el helado son los más comunes, el ansia de las embarazadas puede sorprender con combinaciones inesperadas como salchicchas con leche o maíz con chocolate (¡en serio!). Y mientras que los alimentos que degustaban con alegría antes del embarazo se convierten en algo grotesco, los que repelaban se vuelven deliciosos.
DESCUBRE MÁS
- Las mujeres prefieren tener hijos a los 30 años, según estudio
- Mujeres NoMo: el movimiento que rompe con la idea de que lo natural es tener hijos
Pero los antojos tienen su orígen en las hormonas, las dueñas y señoras del organismo femenino y responsables de los desequilibrios biológicos y neurobiológicos. Sabemos que éstas afectan nuestro estado de ánimo los 365 días del año, pero cuando una está embarazada, tergiversan los sentidos del gusto y del olfato.
Estudios del departamento de psicología de la Universidad de Albany, Nueva York han revelado que también existe una deficiencia de ciertas vitaminas y minerales pero no son determinantes en los antojos. Esto ha sido un enigma difícil de descifrar para los expertos pues a lo largo del embarazo, la percepción de los sabores va cambiando y las papilas se vuelven hipersensibles de un momento a otro. El estudio revela que durante los primeros trimestres, se percibe mayor amargura como una especie de alerta ante el consumo de sustancias tóxicas que puedan afectar la salud del feto.
Eso sí, volviendo al tema de las vitaminas, es importante prestarle atención a los antojos ya que pueden ser indicadores de que tanto la madre como el feto las necesitan. Lo que hay que evitar es el consumo de comida chatarra ya que bajo ninguna circunstancia el exceso de azúcar y grasas es saludable y además de que puede causar el aumento de peso en la madre, puede afectar el desarrollo del bebé (no es una broma que desarrollen pre diabetes antes de nacer).
Estos son algunos de los antojos más comunes entre las embarazadas:
Chocolate: A todas las mujeres se nos puede antojar este dulce pero en las embarazadas es literalmente la mejor opción para sentirse felices. Entre las creencias populares, el antojo de chocolate significa que viene una niña en camino. El chocolate amargo es la mejor opción para las embarazadas y si les preocupa cuidar la línea pero tienen demasiado antojo, lo mejor es bañar fruta en un poco de jarabe de chocolate (de preferencia reducido en azúcar y grasa)
Hielo: Masticar hielo es un antojo común en las embarazadas pues aunque parezca extraño, es una cura para la ansiedad. En aquellas que tienen anemia , el hielo puede aliviar la inflamación de la boca y la lengua (un síntoma común).
Pepinillos: El crujido y el vinagre pueden ser adictivos para la embarazada sin embargo, hay quienes afirman que este antojo puede significar que hay una baja en sodio. Los encurtidos son bajos en calorías y fáciles de conseguir, eso sí, no hay que abusar de ellos pues tienen mucha sal y pueden causar acidez.
Helado: Otro placer culposo de las embarazadas. El helado, sea cual sea su sabor tiene esa dulzura que satisface a cualquiera y para las embarazadas es lo mejor para deshacerse de los bochornos y la ansiedad. Lo mejor es optar por helado bajo en grasa y con frutilla para cuidar la figura
