Es una de las marcas de moda francesas más populares del mundo, pero Isabel Marant no está haciendo noticia por el éxito de una nueva colección o porque una estrella de Hollywood usó uno de sus vestidos en la alfombra roja, sino que por la polémica por su deseo de patentar diseños oaxaqueños.
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Hace unos días los medios dieron a conocer la noticia: la diseñadora francesa fue acusada por pobladores de Santa María Tlahuitoltepec, en Oaxaca, México, de copiar o plagiar el diseño de una blusa parte de su colección Etoile primavera/verano 2015.
Ante todo este problema, la marca quiso defenderse y bajo la vocería de Marant, se publicó un comunicado en la cuenta oficial de Facebook. En el texto, se niega cualquier intención de pasar a llevar a las personas o a los pueblos indígenas mexicanos:
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Información errónea está circulando por Internet. Isabel Marant niega tener alguna patente sobre las blusas bordadas de Santa María Tlahuitoltepec. También niega formalmente haber enviado o pedido a alguna autoridad francesa que enviara documentos a las autoridades de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, pidiendo que los habitantes del municipio dejaran de vender los diseños de la comunidad indígena.
Como se explica en Vogue España, la polémica pasó a ser legal y de derechos de autor. En el mismo comunicado, la marca declara que la diseñadora recalcó que esos diseños provenían de la localidad mexicana y que tampoco pretende ser la autora única de la prenda.
Después de los problemas que tuvo que enfrentar, Isabel Marant decidió retirar de sus tiendas la blusa, para evitar que “se siga con especulaciones” acerca de lo que realmente ocurrió.
Lo que realmente se puede sacar en limpio de este caso no es si la intención fue real o no, sino que la importancia de que los pueblos o comunidades indígenas en todo el mundo tengan derecho a proteger sus creaciones, que después de todo, también forman parte del patrimonio cultural de cada país.