Nadia Mejía tomó la pasarela como quien cuenta una historia, ya que su traje típico, inspirado en el piquero de patas azules de las Islas Galápagos, no fue solo una muestra de diseño sino un abrazo a la biodiversidad ecuatoriana.
Con plumas, volumen escénico y detalles que evocan el mar y la fauna insular, la propuesta celebró la naturaleza única del país y recordó al público por qué Galápagos es un tesoro mundial.
Belleza con propósito
Más allá del brillo y el movimiento, el traje transmitió un mensaje claro, la protección de nuestros ecosistemas es también parte de la identidad nacional. La elección del piquero de patas azules, ave icónica por su comportamiento y coloración, sirvió como símbolo de conservación y orgullo, mostrando que la moda puede ser una plataforma para hablar de sostenibilidad y patrimonio.
El gesto conectó con espectadores dentro y fuera de Ecuador, que vieron en la pasarela una llamada alegre y urgente a cuidar de las especies únicas que existen en el planeta.
Pasarela, color y aplausos
En las galas preliminares Nadia ha usado otras piezas que han marcado su recorrido, destacando los vestidos en diversos colores y la implementación de elementos nacionales como el uso de conchas esmeraldeñas en su atuendo, detalles que apuntan a la diversidad cultural y natural del país.

Su desempeño en la pasarela fue celebrado con ovaciones y reacciones cálidas del público, señal de que su propuesta artística y su carisma encontraron eco inmediato entre los asistentes y en redes sociales.
Orgullo y esperanza
Figuras del certamen y la prensa nacional han destacado la acogida que ha tenido Nadia, ya que, desde la dirección del concurso hasta la prensa local, todos coinciden en que su presencia se siente potente y querida. Para muchos ecuatorianos, su traje fue más que un atuendo, fue una postal viva que lleva a Galápagos al escenario mundial con alegría, fuerza y un mensaje.
Nadia transformó la pasarela en un festejo con causa. Su propuesta demuestra que la moda escénica y la representación nacional pueden ser alegres y profundas a la vez.
La actual representante de Ecuador, demuestra como es posible celebrar lo que somos e incluso, invitar, con ritmo y color, a protegerlo. El mensaje del traje típico de Nadia, con una sonrisa amplia, es que cuidar a Galápagos también es celebrar a Ecuador.

