Nueva Mujer Ecuador estuvo presente en uno de los eventos de moda más exclusivos del año: el New York Fashion Week Egalitarian Waves, en su edición especial Mitad del Mundo 2025.
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Desde el primer momento supimos que estábamos por vivir algo único y profundamente conectado con nuestra identidad ecuatoriana acompañados del talento nacional.
Desde el backstage hasta la primera fila, cada espacio respiraba creatividad. Tuvimos la oportunidad de conversar con diseñadores y diseñadoras que, con orgullo, llevaron sus propuestas a un escenario internacional sin salir de casa.
Voces y visiones ecuatorianas
Una de las primeras en recibirnos fue Leonela Jara, creadora de la marca Mishis, quien llegó desde Cuenca con una propuesta sostenible que enamoró desde su esencia: reinventar la moda a partir de prendas desechadas. Sin duda la moda puede ser bella, consciente y regenerativa.
En otro rincón del backstage, estuvimos con Cristina Morrison, más conocida como La Baronesa, quien nos compartió su emoción por presentar su nueva colección de sombreros parte de su prestigiosa marca, Baronesa Hats, elaborados en materiales nobles como la lana y la paja toquilla.
Desde Imbabura, los diseñadores Sumak Takiri y Tamia Guamán, creadores de la marca Takiri, llevaron el alma de los Andes a la pasarela.
“Traigo una colección que rescata mucho la esencia andina de nuestros pueblos”, nos contó Takiri tras bastidores.
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Sus prendas, acompañadas de joyas con profundo simbolismo cultural, representaron una conexión viva con sus raíces indígenas. Su sueño: que estas joyas se valoren en el mundo entero como lo que son—verdaderos tesoros de identidad.
También conversamos con Marcela Amoroso, mente creativa detrás de Poma Rosa, quien vistió a Mara Topic, Miss Universo Ecuador.
Su colección fue un tributo a la selva amazónica, especialmente a los jaguares, que ella considera guardianes sagrados de la comunidad Shuar. Su propuesta fue un llamado a proteger lo que somos a través de lo que vestimos.
Por su parte, Nicole Gálvez, colaboradora de la marca Santo, nos contó que presentaron piezas que ya habían brillado en el Metro de Quito, además de creaciones inéditas diseñadas especialmente para esta pasarela.
Para ella, los visuales y la música son esenciales: “Son el complemento perfecto para contar historias sobre la pasarela”. Y lo fueron.
Entre las presentaciones más impactantes, destacaron los visuales del diseñador arquitectónico BLNK, que nos dejaron sin aliento.
Fue un estallido inesperado de emoción, creatividad y adrenalina que nos recordó que la moda también puede ser arquitectura, arte y movimiento.
Un cierre con identidad
Este NYFW en tierras ecuatorianas fue una celebración de lo que somos, de nuestras raíces y de cómo el arte textil puede ser una forma de resistencia, belleza y futuro.
Desde Nueva Mujer Ecuador lo vivimos con el corazón lleno. Porque cuando el talento ecuatoriano desfila, el mundo mira.