Mireia González: “Estar a la moda también impacta en el planeta”

Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, la industria textil es la segunda más contaminante del mundo, tan solo por debajo de la petrolífera, siendo la moda rápida o fast fashion la que genera el 10% de las emisiones de gases invernadero que causan el calentamiento global y cambio climático.

En 2023, cifras de Pulse of the Fashion Industry, elaborado por la Global Fashion Agenda, revelaron que se fabrican alrededor de 100.000 millones de prendas en el mundo, de las cuales 92 millones de ellas, terminan en un vertedero sin ser vendidas, ni estrenadas y muy pocas recicladas.

Esta es la realidad de “estar a la moda”, cuando el excesivo consumo y la urgencia de las personas, por sumarse a lo último de las tendencias, termina por ser perjudicial para el medio ambiente y para las personas involucradas en la elaboración de las prendas.

Si queremos generar un cambio para que las futuras generaciones gocen de una buena calidad de vida y recursos como los que ahora mismo se tienen, es momento de hacer pequeños cambios y hacer compras conscientes sin dejarnos llevar por esa ‘inocente’ prenda que brilla en un aparador con un irresistible precio de rebaja.

Mireia González Lara, Codirectora del Máster en Dirección y Creación de Marcas de Moda de la Escuela Superior de Diseño de Barcelona, platicó con Nueva Mujer sobre moda sostenible y cómo podemos mejorar nuestros hábitos de consumo en pro del cuidado del medio ambiente.

Poco a poco, las marcas han ido sumándose a iniciativas más verdes que permitan que sus clientes puedan tener un guardarropa actualizado sin causar un impacto fuerte sobre el planeta. Además, explicó que la moda sostenible no solo fomenta prácticas como el reciclaje en la ropa, sino que promueve un ambiente de trabajo digno y la inclusión.

“Es muy injusto que la gente con menos recursos económicos esté destinada a comer comida basura y a vestir moda fast fashion. Pero al final está muy relacionado con esto. También con el nivel sociocultural, con las oportunidades económicas e incluso con el feminismo, que está en todo esto, porque las trabajadoras textiles son en un 80% mujeres, las que se dedican a esta industria y que tienen unos sueldos, pues muy muy bajos. Entonces, si yo consumo barato, no puedo crear un sistema productivo justo para nadie”, declaró Mireia González.

Por otro lado, González explicó en qué consistía la moda sostenible y por qué es tan importante hoy en día:

“A mí me gusta decir moda sostenible, pero muchas veces también a mis colaboradores les digo que podemos hablar también de ‘moda ética’ o ‘moda local’ porque lo sostenible es muy amplio y tendría una parte medioambiental que entonces se podría llamar ‘moda ecológica’ y luego otros valores, como puede ser el tipo de producción o también el modelo de belleza, que eso también estaría dentro de la sostenibilidad, o sea, que tú puedas tener tallas más inclusivas, que tus modelos de belleza no sean siempre mujeres blancas, delgadas, heterosexuales”.

Mireia González contó que cada vez es mayor la preocupación de los usuarios por adquirir productos que sean respetuosos con el ambiente, subiendo la estadística a un 70%. Así que si tú formas parte de uno de ellos, así es como puedes comenzar este proceso desde tu guardarropa para lograr un cambio en el planeta.

Mencionó que hay que comenzar por aquellas mujeres que ya gozan de un armario amplio, invitándolas a revisar lo que tienen y compartir lo que ya no usan, además, entiende que los problemas de economía son un factor determinante a la hora de elegir un producto en el centro comercial, por lo que plantea la compra de ropa de segunda mano o el intercambio:

“Por ejemplo, en Barcelona tengo unas compañeras que han montado un proyecto que se llama ‘El Armario Azul’, donde tú llevas la ropa que no quieres y te llevas otra ropa de otras personas, son mercados de intercambio de ropa”.

Sin embargo, resalta que, es indispensable educar nuestro gusto y no dejarse llevar por lo que se ve en redes sociales, siendo estas el principal motivo de esta urgencia en el público por adquirir prendas que no necesitan:

“La cosa es, que si hay una niña que ve unos tiktoks con unas influencers imposibles, guapísimas, que muchas veces ni existen porque son filtros y que están anunciando a todas estas prendas, es muy complicado porque no es solo un circuito, sino que es un mecanismo muy complejo”.

Por último, dejó una poderosa reflexión sobre lo que debería plantearse un usuario antes de comprar ropa:

“Es muy complejo hablar de esto, pero al final también es un tema un poco de la globalización. Es un poco absurdo comprar una prenda de una marca ecológica y pedirla por Amazon. Realmente lo que nos tenemos que replantear es cómo consumimos y cómo vivimos”.

Entre otros aspectos que se pueden considerar a la hora de adquirir una prenda, son: preguntar quién hizo tu ropa, dar el valor y conocer las condiciones de trabajo en las que las personas que elaboraron esa pieza para ti sean óptimas ayudará a todo un sistema a apoyar un cambio.

Tener mayor conocimiento de los textiles y materiales para no ser víctima del ‘greenwashing’ también conocido como ‘pseudo ecologismo’, apoyar marcas que promuevan un cambio positivo y asegurarse de que tenga una segunda vida o se ciña a la ‘moda circular’, que consiste en una serie de prendas que se pueden reutilizar, reciclar o devolver a la tierra.

Existen diversas iniciativas que gobiernos europeos han implementado para disminuir el impacto ambiental que provoca la moda rápida. Mireia González explicó algunos de ellos, por ejemplo, en el caso de Francia, se han promovido medidas muy duras contra el fast fashion donde no podrán vender por debajo de “cierto coste”, mientras que en otros lugares del viejo continente, desde el 2022, se implementó el uso de QR en la ropa donde se podía leer más información sobre su elaboración.