En el pasado tener canas era un dolor de cabeza para las mujeres. En los últimos años lucir una melena gris, blanca, cuidada y brillante es un nuevo estilo, la moda del momento.
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Desde grandes celebridades hasta la realeza han decidido liberarse de los tintes y químicos y reivindicar la belleza y la naturalidad que producen las canas.
Esa nueva imagen la impuso este año Sarah Jessica Parker, en unas fotografías que propiciaron comentarios negativos sobre su aspecto y que ella ha calificado ahora en una entrevista en Vogue de misóginos.
“Estoy sentada con Andy Cohen, y él tiene una cabeza llena de canas y es exquisito. ¿Por qué está bien para él? ¡No sé qué decirles!”, ha reflexionado la protagonista de Sexo en Nueva York, de 56 años, reseñó El País.

Esta nueva tendencia la abrazan otras actrices como Andie MacDowell, cuya melena canosa en el último festival de Cannes fue fruto de múltiples críticas, a las cuales contestó que dejarse las canas es un “símbolo de poder”.
La realeza y las canas
La princesa Carolina de Mónaco en un concurso de saltos hípicos de Montecarlo lució su melena con canas. Algo que se había empezado a atisbar en la celebración del día del Principado, pero que ahora se hace más evidente.

En el Reino Unido, Isabel II hizo una transición suave y natural entre su melena castaña y un pelo completamente blanco, un cambio que tardó casi una década en completar, de principio de los años ochenta a primeros, casi mediados, de los noventa.
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Los pequeños mechones canos que empezaron a verse en su melena, corta y rizada, fueron a más a finales de los ochenta y cubrieron por completo su pelo poco después. La reina lleva el pelo blanco desde hace casi 30 años, cuando alcanzó los 65, aproximadamente.
Su ejemplo lo sigue su hija Ana, de 70 años, quien mezcla en el pelo los tonos marrones con algunos puñados de canas laterales.
Su nuera mayor, Camila (de 73 años), ha optado por una perfecta melena rubia bajo la que se intuyen toques grises, la menor, Sofía de Wessex (de 56), también tira al rubio, pero va dejando que en su pelo se dejen ver cabellos más grises en algunas ocasiones.

No es cuestión de edad
En una entrevista que le hizo El País al estilista capilar, Eduardo Sánchez, asegura que las canas ya no son una cuestión de estética ni de edad, “se convirtieron en un modo de decir que otras formas de belleza son posibles”.
“Sí que hay gente que se anima, sobre todo porque está directamente relacionado con una parte orgánica, una sensación de liberación, de dejar el estigma por el que se han regido toda la vida”, expresó.
“Ellas dicen: ‘Ahora seré yo la que decida’. Se erigen como precursoras de la liberación de esa esclavitud”, agregó.
Para el estilista, el hecho de que mujeres como la princesa de Mónaco o la Reina de España den el paso genera que lo den muchas otras.
“Carolina es una imagen pública, aristocrática... que reivindica que sigue siendo igual de elegante y de guapa con canas. Sí, la gente se anima cuando las ve”.
En España, Letizia
La reina Letizia se ha convertido en una de las pocas reinas europeas de su generación en mostrar sus canas.
Aunque sus tintes siempre han sido naturales y cercanos a su color castaño, en los últimos años es habitual ver sus canas a lo largo de la melena.

La reina Sofía durante los años ochenta y noventa lució una melena veteada de canas en algunos momentos, mientras que en otros volvió a teñírselo.
Desde hace un tiempo, combina momentos de más tintes con otros de canas, pero no es extraño verle algún mechón gris o blanco.
Las nórdicas esclavas del tinte
Ni las reinas Silvia de Suecia (de 77 años) ni Sonia de Noruega (de 84) se han dejado nunca canas, y siempre han llevado melenas oscuras y teñidas.
Sus hijas siguen sus pasos: Victoria y Magdalena de Suecia, de 43 y 39 años, siguen siendo tan morena y tan rubia, respectivamente, como en su juventud.
Marta Luisa de Noruega es a sus 49 años tan castaña como su madre, la reina Sonia. Tampoco Mette Marit, de 47, ha dejado nunca sin teñir su melena rubia, casi platino.
En Dinamarca, en cambio, la reina Margarita, ahora de 81 años, se dejó el pelo blanco en un breve espacio de tiempo, apenas un par de años, entre 1991 y 1993, poco después de cumplir los 50.
Su nuera, Mary (de 49 años) sigue apostando por su larga cabellera castaña y sin canas.
