La cuarentena impuesta por el COVID-19 ha traído grandes cambios, uno de ellos es el uso del maquillaje. Y es que sin tener la opción de salir de casa, maquillarse ha pasado a algo de segundo plano, dejando atrás esos días donde el rostro de todas era un poema. Veamos las diferencias sobre cómo reacciona el cerebro cuando se maquillan y cuando no, según el portal Yahoo.
«Cuando nos maquillamos», dice la psicoterapeuta holística, Jennifer Pepper, «estamos enviando un mensaje a nuestro subconsciente que estamos defectuosos y que esos defectos deben estar cubiertos u ocultos». Esencialmente, Pepper explica que somos más felices con nuestra apariencia cambiada e identificándonos fuertemente con ella porque afecta a cómo nos sentimos adentro.
Pero también está la rutina de maquillaje. La terapeuta Meaghan Rice comenta que «para muchas de nosotras, nuestra rutina nos mantiene en alineación con nuestros objetivos. Si nuestra rutina incorpora el maquillaje, entonces tiene sentido que saltársela podría hacernos sentir un poco desequilibradas», como una ruptura de un patrón.
Una vez rota la rutina, según Rice, el cerebro reconoce cuando saltamos los pasos pero al igual que formas una rutina de maquillaje, puedes formar una rutina que no lleve maquillaje, y «cuanto más hagamos algo, mejor se siente, y luego podemos aprender a desprenderse de la opinión de otros».
Pero también lleva tiempo para que tu cerebro recalibre tu nueva imagen. Cuando eliges ir libre de maquillaje o usarlo de vez en cuando, comienzas a comprender tu relación con el maquillaje más claramente. «¿Es para otras personas o para ti mismo?» pregunta Pepper.
Una vez que te vuelvas más consciente del papel que desempeña el maquillaje en tu vida, puedes ayudar a tu cerebro a ajustar tu imagen.
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