«Los mejores amigos de las mujeres son los diamantes», dijo la estrella Marilyn Monroe y no se equivocó. A cualquiera le gusta tener muchas joyas que lucir pero para preservarlas el mayor tiempo posible, hay que alejarse de algunos errores clásicos.
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Sobreuso
En principio, no darle un uso para el que no están destinadas. Esto quiere decir, no tenerlas puestas cuando realizas las tareas domésticas, pues daña el metal y las piedras.
Algo similar es usar las mismas prendas todos los días generando un desgaste en ellas que acabará con la belleza original además de hacerte propensa a infecciones.
Perfumes
Los perfumes dañan la calidad de tus accesorios si no eres cuidadosa al momento de aplicarlo. Por lo menos entre 20 y 30 centímetros de separación debe existir entre el producto y tu joya.
Los ópalos y perlas se ven perjudicados cuando entran en contacto directo.
Hidrofobia
Y no, no es que tu bisutería le tenga miedo al agua pero sí deberías temerle a los efectos que esta genera en tus accesorios.
El agua es un abrasivo que termina con el brillo que posee y más aún cuando se trata de una piscina o playa donde los productos químicos y a sal los puede dañar irreparablemente, conforme al sitio web Gioiellis.
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Limpiador por ultrasonido para joyas
Estas máquinas son muy útiles para devolverles el higiene necesaria antes de colocarlas en tu cuerpo. No obstante, es mala idea acercarla a camafeos, esmeraldas, ópalos, perlas, corales y otras piedras suaves, dijo el citado medio.
También va contra las recomendaciones que las guardes todas en un mismo lugar. Según el blog de joyería Legioie, lo mejor es meter cada una en pequeñas bolsitas tipo de Ziploc y hacerles una limpieza profunda una vez al mes.
Collares
Las joyas largas que te hacen lucir un cuello más atractivo son bastante delicadas. Se preservan mejor si están colgados en un soporte y en caso de que se enreden debes desatar el nudo con mucho cuidado.