Fue en mayo de 2018 cuando Meghan Markle cambió las reglas del juego. Era el día de su boda real con el Príncipe Harry y muchos apostaron a que la duquesa optaría por un maquillaje demasiado marcado, algo llamativo para que el mundo comentara y tal vez debutar de manera imponente. Pero todo cambió drásticamente cuando el mundo la vio llegar, Meghan decidió ir makeup free, un estilismo muy sutil que nos daba a entender que una nueva era comenzaba y que el maquillaje cargado no sería prioridad.
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Recientemente, el estilista de Meghan Markle, Daniel Martin, reveló que hubo un producto que ella rechazó por completo después de usarlo. Se trataba de un labial rojo que usó para un evento con público. Algunas fotografías quedaron de ese día, pero muy a pesar de Meghan, quedó registro de su maquillaje, esto fue lo que Daniel confesó:
«Meghan se sintió muy incomoda con ese maquillaje, ese tipo de colores no son su estilo, pero quiso probar y luego se arrepintió, a ella le gusta la simplicidad, sobre todo cuando se trata de su rostro»
Con esta confesión, quedó confirmado que Meghan solo busca establecer una identidad y sin duda no se perfila como una mujer con maquillajes recargados.