Son pocos los que pueden darse el lujo de gastar muchísimo dinero en ropa. La mayoría de los mortales compramos de vez en cuando, y a veces nos damos un gustito.
No es necesario ir a tiendas de diseñadores exclusivos o gastar millones en atuendos lujosos; si eres una mujer con imaginación, lo más probable es que logres un look elegante y sólo tú sabrás que no gastaste todo tu suedo en él.
Existen algunas técnicas simples para que la ropa se vea mejor de lo que es, y una de las claves es tener buen ojo al elegir las telas y también, invertir en accesorios versátiles y útiles.
Si tenemos un vestido simple y sencillo, podemos hacer que se vea más elegante agregándole un cinturón bonito de algún color o también, combinándolo con un collar llamativo pero no sobrecargado.
Otra técnica que no falla es elegir una prenda de algún color más llamativo y combinarla con otra más neutra, puede ser gris o color crema. Por ejemplo, puedes elegir una blusa color crema y combinarla con pantalones camel.
No es necesario que tengas miles y miles de prendas; haz elecciones inteligentes y combínalas a tu favor. Opta por los colores y diseños básicos, y ten otras prendas con estampados que llamen la atención.
Si te gusta comprar en tiendas vintage, puede que tengas suerte y encuentres ropa de muy buena marca. Aprovecha ese recurso para conseguir abrigos, chaquetas y cosas de cuero; la ropa reciclada es el templo de ese tipo de prendas.
Puedes inspirarte en el look de alguna celebridad o ícono de moda y basarte en eso cuando compras ropa. Elige prendas similares y arma tus looks según ellas, y será más fácil elegir.
Lo principal es que no te sobrecargues con accesorios, ropa muy llamativa y zapatos toscos. Sigue las líneas simples, pero siempre con tu sello personal. La idea es que tú destaques y no la gran cantidad de cosas que te puedes poner.