Una relación llega a su punto oficial cuando él finalmente se decide a presentarte a sus padres. Cuando llega este momento tan importante para el compromiso que existe en tu relación, aparecen miles de ideas a tu cabeza: quieres agradarle a sus padres, quieres dar una buena impresión, quieres quedar bien (aun si éste es un deseo realmente frustrante).
Por ello, es importante que tanto tu actitud como tu vestimenta demuestre a esa buena chica que está acompañando del brazo al hijo de aquel padre y aquella madre un poco angustiada. (Porque, ya saben, una madre siempre tendrá cierta preocupación especial por su hijo.)
En cuanto a la vestimenta, es muy fácil aplicar esta decencia y educación que verdaderamente nos caracteriza. Hay que tomar ciertos puntos clave:
Ahora, en cuanto a modales, nunca faltará:
- “Buenas tardes”, “buenos días”. Nada de “hola”, es importante reservar un poco de educación más a la antigua para no llegar luego luego con cierta confianza que, por decirlo de algún modo, aún no te has ganado.
- Modera tu lenguaje y tono de voz. A veces se sobreentiende, dada la situación; sin embargo, es importante recordar que la discreción no sobra en este evento, sino todo lo contrario: de vez en cuando sobra.
- Modales en la mesa. Ya saben: sentarse con las piernas bien cerradas y levemente inclinadas hacia la derecha (tal como lo hacía Lady Di), masticar con la boca bien cerrada, colocar la servilleta de tela ligeramente en las piernas, mantener los codos lejos de la mesa, ocupar cada cubierto para su función, y reír discretamente. (Es decir, actuar como Lady Di.)
- Nada de demostraciones de afecto muy explícitas frente a los padres de tu novio. Nada. Evítalo. Limítate a saborear la comida, los besos ya vendrán después.
- Muestra interés. Intégrate a la plática: pregunta detalles por la vida profesional de su padre o por la época de estudiante de su madre, ríe, escucha con atención. Éste es un detalle que, aun si no logra ser sincero, tu novio valorará mucho.
- Comenta tus logros. No exageres, pero tampoco te limites a que sus padres sepan lo gran gimnasta o bailarina de ballet que fuiste desde pequeña.
- De vez en cuando, compárteles lo feliz que te hace tener a tu novio. Sí, claro, no demasiado, pero un poco de alarde al respecto es a veces necesario para que sus padres se den cuenta de que, realmente, está en buenas manos.
Y finalmente lo único que importa es que les demuestres a sus padres lo suertudo que es su hijo de haberte encontrado.
