México

Ni la falta de recursos económicos ni las autoridades las detienen: ellas son las Madres Buscadoras de Sonora

Entre fosas, crematorios clandestinos y restos humanos no pierden la esperanza de encontrar a sus seres queridos desaparecidos.

Madres Buscadoras de Sonora

Que ninguna madre pase el 10 de mayo buscando a sus hijas e hijos es, probablemente el mayor deseo de este Día de las madres en México, luego de la fuerte ola de desapariciones que se han dado en los últimos meses.

De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se han registrado 95 mil 121 personas desaparecidas hasta noviembre de 2021, e incluso, se han hallado más de 52 mil cuerpos no identificados.

Madres Buscadoras de Sonora es una asociación no gubernamental y sin fines de lucro, que realiza búsquedas personas desaparecidas y tiene su sede en Sonora, México. Fue fundada y es liderada por Cecilia Flores, una madre que, hasta abril de este año, no perdía la esperanza de encontrar a su hijo.

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La mujer de 48 años cada día recibe decenas (o hasta cientos) de mensajes a través de redes sociales, donde le hacen llegar todo tipo de información de personas desparecidas y la ubicación de posibles fosas clandestinas.

Sin embargo, hace tan solo unas semanas tuvo una “corazonada” y compartió mediante su cuenta personal de Twitter que parecía haber encontrado a su hijo Marco:

“Traigo un nudo en la garganta. Creo que encontré a mi hijo Marco en la búsqueda de hoy. Reconozco su dentadura y forma de cráneo. Siento que me derrumbo”.

Sin embargo, no es su único desaparecido, ya que el primero fue Alejandro Guadalupe en 2015 y Marco Antonio, fue secuestrado en Sonora en 2019.

Tras las amenazas y muestras de intimidación, “La mamá grande de Sonora”, como la han llamado tuvo que cambiar su residencia y fue mediante redes sociales que pudo vincularse con otras madres que atravesaban la misma situación.

No obstante, ella ha continuado con esta labor y cada mes regresa a Sonora para seguir buscando a su hijos Alejandro y Marco, quienes siguen desaparecidos.

“Para mí ya no hay Navidad, ni cumpleaños, ni Año Nuevo”, le contó al Diario El País durante una entrevista”.

“Quiero volver a ver a mis hijos, aunque sea en un puñado de huesos”, es una de las frases que con más reincidencia realiza desde hace siete años a sus familiares, para que por fin pueda descansar y estar tranquila.

Con herramientas en mano no pierden la esperanza de encontrar a sus hijos

Ante un panorama desolador, estas mujeres no han perdido la esperanza pues, pese al dolor continúan realizando búsquedas y, con sus palas y picos en mano, acuden a terrenos y baldíos lejanos para desentrañar de la tierra a aquellas personas que en vida tuvieron una familia y las siguen esperando.

Cualquier pista puede ayudar a encontrar a un ser amado: huesos, dentaduras, personas calcinadas o mutiladas es lo que les da la confianza de encontrar por fin a sus hijos.

El colectivo ha servido de apoyo y resistencia a estas mujeres aguerridas para sobrellevar sus perdidas, pese a la impunidad y la negligencia de las que son sujetas por parte de las autoridades, quienes con tal de no tenerlas encima, les dan largas o les aseguran que se encuentran ocupados o que tienen que realizar una cita para atenderlas.

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