Maternidad

Consejos para cuidar la salud auditiva de los niños en invierno

El oído es uno de los órganos más sensibles al frío, por lo que su cuidado durante los meses de invierno es fundamental

Madre e hija
Madre e hija Pexels

El oído es uno de los órganos más sensibles al frío, por lo que su cuidado durante los meses de invierno es fundamental, sobre todo en los niños, quienes son más propensos a sufrir enfermedades por las bajas temperaturas o por un mal cuidado de estos.

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La académica de Campos Clínicos de UDLA, Sede Viña del Mar, Paula Rojas, comenta que la audición juega un rol fundamental en el desarrollo emocional, social y cognitivo de un niño. Una pérdida leve de audición puede afectar su capacidad de hablar y entender el lenguaje, lo cual puede traer consecuencias en el aprendizaje.

«En invierno hay muchas variables que causan enfermedades en los niños, como, por ejemplo, la otitis media, que provoca un fuerte dolor, irritabilidad e incluso pérdida auditiva fluctuante o hipoacusia», explica la fonoaudióloga, quien entrega consejos sobre cómo cuidar la salud auditiva de los niños en invierno.

¿Cómo cuidar la salud auditiva en invierno?

  1. Proteger a los niños de cambios bruscos de temperatura, del viento helado y el frío.
  2. Fortalecer el sistema inmunológico, privilegiando una alimentación nutritiva y la realización de actividad física.
  3. Ventilar a diario los espacios de las casas para favorecer la circulación de aire.
  4. Practicar buenos hábitos de comunicación, principalmente evitando hablar en lugares de mucho ruido, para no esforzar la voz.
  5. Evitar el ruido. La exposición prolongada a este tipo de ambiente puede causar traumatismo acústico, dañando las células ciliadas del oído interno y provocando disminución de la audición.

También se debe evitar introducir objetos extraños en el conducto auditivo de los niños. Los llamados «cotonitos» surgen para limpiar solo el pabellón auricular (orejas) y no ser introducidos en el oído para extraer cerumen. Este último es una protección contra el agua, lubrica el tejido del conducto auditivo externo, repele los insectos y es levemente bacteriostático (impide la reproducción de bacterias).

Los oídos tienden a limpiarse solos expulsando la cera hacia el exterior y ahí se puede recoger limpiando el pabellón auditivo con cuidado. En el caso de formarse un tapón de cerumen, se aconseja no introducir ningún objeto, ni aplicar sustancias sin prescripción médica. En cambio, se debe acudir a un fonoaudiólogo para realizar evaluación (otoscopía) y posterior lavado de oído clínico.

Por otra parte, con la virtualización de muchas actividades, el uso de audífonos ha aumentado en niños y jóvenes estudiantes. Por ello, es necesario regular su uso prolongado, disminuyéndolo a lo menos posible y siempre procurando que el volumen del sonido sea el adecuado. Preferir, en lo posible, audífonos tradicionales antes de los intracanal.

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