Con base en cómo funcionan estas vacunas en el organismo, las vacunas contra el COVID-19 no se consideran un riesgo para las personas en periodo de lactancia ni para sus bebés lactantes.
Por lo tanto, las personas lactantes pueden recibir la vacuna contra el COVID-19. Los informes recientes han demostrado que las personas en periodo de lactancia que han recibido vacunas ARNm contra el COVID-19 tienen anticuerpos en su leche materna, lo que podría ayudar a proteger a sus bebés.
Respecto a la vacunación de la madre frente a COVID-19 se
considera que es segura para la propia mujer, para la lactancia, así
como para el bebé por los siguientes motivos:
• Las vacunas frente a COVID-19 basadas en el ARNm no contienen
microorganismos vivos, no tienen capacidad infectiva.
• Como en las demás vacunas, no se ha demostrado nunca la
presencia de componentes vacunales activos en la leche materna
(con la excepción de la vacuna de la Fiebre Amarilla).
• La salud de la madre es, finalmente, determinante clave para la
lactancia y la salud de sus hijos.
Tanto la lactancia como la vacunación son una decisión responsable de la madre, quien debe informarse de fuentes seguras como su médico de cabecera, obstetra y grupos de apoyo a la lactancia materna. Se debe evaluar individualmente las ventajas y los inconvenientes de
recibir la vacuna frente a COVID-19.
Aunque las madres embarazadas y lactantes no están dentro del grupo prioritario de vacunación, especialistas recomiendan tomar en cuenta lo siguiente:
- Su nivel de riesgo de exposición al COVID-19
- Los riesgos de enfermarse y contagiarse
- Si su embarazo es de alto riesgo
En el país las mujeres embarazadas podrán acudir con un certificado de su ginecólogo que avale no poseer ninguna complicación para acceder a la vacuna contra el coronavirus. Así lo confirmó el vicepresidente de Ecuador, Alfredo Borrero, después de recibir la vacuna.