Maternidad

Cuando le solucionas todo a tus hijos crecen con miedo al fracaso

Rescatar a tus hijos todo el tiempo hace más daño que bien.

El mundo es un lugar cada vez más complicado y la maternidad enfrenta retos más grandes y exigentes. Ya no sólo se trata de educar a los niños para que sean responsables de sus tareas y respeten a los adultos como siempre se nos ha enseñado.

Hoy más que nunca es muy importante enfocarse en una maternidad emocionalmente inteligente para criar niños con buenos valores pero sobre todo, capaces de enfrentar al mundo con empatía y un entendimiento más profundo.

Como mamás queremos que nuestros hijos tengan éxito en todo lo que hacen, desde sus exámenes de matemáticas y en los partidos de soccer, hasta con su título universitario y crecimiento profesional.

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Para ayudarlos a alcanzar el éxito, los llenamos con recordatorios constantes, preguntas estimulantes y hazaña heróicas para rescatarlos cuando vemos el riesgo de fracasar. Esto se vuelve un problema cuando terminas haciendo las cosas por ellos sin dejarles vivir su propio proceso.

Rescatar a los niños todo el tiempo hace más daño que bien.

Aunque tus intenciones siempre serán las mejores, no puedes estar ahí todo el tiempo. Todas queremos que nuestros hijos sean felices y se sientan bien consigo mismos y con sus logros pero hacerles el trabajo sólo hace que crezcan con miedo al fracaso y sin tolerancia a la frustración.

Cuando los niños no experimentan lo que es fallar, pierden la oportunidad de aprender de sus errores lo que hace que no aprendan a mejorar para el futuro. Esto también provoca que pierdan la confianza en sí mismos para tomar riesgos y no enfrentarán con valentía sus problemas ni estarán listos para las decepciones que llegan inevitablemente con la adultez.

De alguna manera los estarás engañando pues pensarán que las cosas siempre salen bien cuando no es así.

De acuerdo con Jennifer Hartstein, psicóloga familiar y colaboradora de NBC’s The Today Show, “los niños que son constantemente rescatados de situaciones problemáticas llegarán a evitar situaciones en las que podrían fallar. A medida que envejecen, eso puede aumentar la ansiedad y la depresión cuando necesitan depender de sí mismos en situaciones difíciles».

El fracaso es un componente necesario del éxito NO su contrario.

Según los expertos, nuestro cerebro crece y se desarrolla de manera importante cada vez que fallamos Cuando los niños comprenden este concepto, pueden suceder cosas increíbles para ellos y para ti como mamá también.

Cuando tus hijos experimentan un fracaso, debes ayudarlos a evaluar qué salió mal y cómo pueden evitar que vuelva a ocurrir. Haz preguntas sobre por qué creen que no pasaron la prueba o no obtuvieron los puntos en el juego. No subestimes sus conocimientos sobre lo que sucede en su entorno.

Habla de sus sentimientos. Ayuda a tus hijos a identificar las emociones que siente y a expresarlas de manera aceptable.

Sé un ejemplo sobre cómo manejar el fracaso con elegancia. Recuerda que tus hijos observa cómo respondes a las situaciones en tu propia vida. Está bien compartir tu decepción pero es importante mostrarles cómo aprendes de estas experiencias.

No los presiones. Dales actividades y objetivos apropiados para los intereses y habilidades que van acorde con su edad. Con demasiada frecuencia podemos perder el rumbo al esperar demasiado nuestros hijos. Relájate y deja de querer dominar esas habilidades extraordinarias desde el principio. Motívalos siempre pero no los presiones con sobresalir en todo para que su trabajo tenga validez.

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