Las mujeres vivimos bajo muchas presiones. La sociedad espera demasiado de nosotras y cuando somos «demasiado», no mira como si estuviéramos locas.
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El estereotipo de ser un fuertes es igual a ser intimidantes y exigentes; de tener estándares muy altos y de no mostrar vulnerabilidad alguna. La sociedad espera que seamos delicadas y suaves como el pétalo de una rosa pero si desde niña aprender el verdadero significado de fortaleza, entiendes que no necesitas de muchas de esas cosas que te imponen.
Es por esto que tus hijas y en general las mujeres que te rodean, necesitarán modelos a seguir que puedan admirar y de quien puedan aprender. Ser una mujer fuerte no es fácil pero cuando hay una mujer aún más fuerte que te ha enseñado, entiendes que la fuerza no implica grandeza física sino mental y emocional.
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No es que exista un manual sobre cómo educar correctamente a tus hijas pero la forma en la que se está moviendo el mundo, exige una enseñanza mucho más resiliente y enfocada en la inteligencia emocional para que cuando crezcan, conozcan su valor y se den cuenta de que no necesitan que nadie las salve o las mantenga.
Pensamiento crítico
Así como la sociedad espera que las mujeres tengamos ciertas habilidades, también lo hace con los hombres. Los niños, desde que son pequeños juegan con juguetes que implican herramientas y armar cosas. Si algo se rompe, ellos ya deben saber cómo repararlo, ¿por qué no enseñarles lo mismo a la niñas? Las niñas siempre han aprendido que necesitan la ayuda de alguien más limitando, sin saberlo, su capacidad de pensar para salir de una situación crítica. Cuando tus hijas enfrentan dificultades, la mejor manera de comenzar a enseñarles sobre el pensamiento crítico es involucrarlas y enseñarles qué hacer si algo así vuelve a suceder. Si rompieron su juguete, impúlsalas a que reparen las piezas rotas. Este pequeño acto les ayudará más adelante, cuando se enfrenten a situaciones críticas en su relación, lugar de trabajo o negocio.
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Defiéndete, siempre
Cada día las noticias suenan más terribles. La violencia por la que están pasando las mujeres cada día alrededor del mundo nos pone a pensar sobre el futuro que le espera a nuestras hijas. Estamos atravesando tiempos difíciles en los que las mujeres hemos tenido que aprender a alzar la voz frente a las injusticias. Por ello, es importante que desde pequeñas aprendan a defenderse y no permitir que alguien abuse de ellas por ser «el sexo débil». No hay un sexo más fuerte que el otro. Cuando enseñamos a nuestras niñas a defenderse por sí mismas, por sus creencias y ambiciones, les estamos dando libertad para hablar no sólo por ellas mismas sino por muchas otras. Nuestra sociedad se está convirtiendo en un lugar cruel y se necesita una sola voz para marcar la diferencia.
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