Los tiempos han cambiado y con ello, el sector laboral ha tenido que ir evolucionando para adaptarse. Mientras que algunas personas se han catalogado como freelancers que trabajan donde tengan conexión a Internet, otras han tenido que empezar a acostumbrarse al llamado «home office» que las empresas han implementado como forma de mantener la efectividad de los empleados.
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Pero de una u otra forma, si eres mamá, el hacer un trabajo desde casa se vuelve una situación aún más estresante.
La mayoría de la gente piensa que estás viviendo el lujo de estar en casa mientras trabajas. Y aunque en efecto es una fortuna tener un techo y un espacio con todas las comodidades para llevarlo a cabo, teniendo hijos esto se vuelve un verdadero reto.
Ser madre ya es un trabajo de tiempo completo, pero con la contingencia y el home office, esto se ha duplicado y hasta triplicado. Muchas mujeres consideran que su trabajo implica una mayor demanda en estos tiempos, ya que está conectadas todo el día mientras que sus hijos requieren de su atención. Los horarios laborales se han extendido y la entrega de los empleados debe ser mayor para demostrar a los jefes que el trabajo está hecho de la mejor manera.
Y las cosas se complican dependiendo de la cantidad y edad de los hijos.
Los padres se han convertido en educadores y también han tenido que adaptarse a ello. Sin embargo, la mayoría de las veces, las tareas no están repartidas y es mamá quien termina por hacerse cargo de su trabajo, las tareas domésticas, las de los hijos y el cuidado de estos.
La cosa con el home office es que siempre estás ahí. Estar con tus hijos no está mal, al contrario, puede ser una oportunidad para llevar una crianza más de cerca.SIn embargo puede hacerte sentir que estás atrapada.
Especialistas del Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universidad de Valencia aseguran que, «las mujeres con menores que trabajan soportan la mayor parte del estrés del confinamiento».

Especialistas de la Universidad de Manchester advierten que las mujeres que tienen dos hijos y que trabajan desde casa, tienen una presión arterial 40% más alta que aquellas que no tienen hijos y que trabajan tiempo completo.
Por su parte, las mujeres que trabajan tiempo completo con un hijo tienen una presión 18% más alta.
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¿Por qué es tan difícil el home office para las mamás?
Habrá momentos en los que quieras respirar pero sabes que si te despegas de una cosa, debes concentrarte en la otra. Lo importante es que no dejes de buscar esos tiempos para relajarte, aún cuando ese momento sea a la hora de dormir. Tu salud mental y física dependen de dormir lo suficiente, comer una dieta saludable, hacer ejercicio y simplemente desacelerar el ritmo.
Según datos de una encuesta realizada por la Asociación Yo no renuncio, impulsada por el club Malasmadres, en la que participaron 12,604 mujeres y madres, en el 97 % de los casos, la interrupción de los hijos mientras están en horarios de trabajo es un detonante de estrés. El 67 % asegura tener falta de concentración en el hogar, entre los hijos, los elementos distractores en casa y el pensar en tener que cumplir con las tareas domésticas.
El home office también hace que se pierda la interacción con otros y eso puede desmotivarte. Estás sola con tus hijos y seguramente ni ganas de arreglarte tienes porque «de todos modos terminarás hecha un desastre».
Aunque parezca imposible, debes intentar recuperar el equilibrio arreglándote un poco, pero sin perder la comodidad. Además, busca estar en un espacio con luz y color para que estés lo mejor posible.

Cuando te sientas demasiado estresada, recurre a prácticas para controlar la tensión . Ya sea que hagas ejercicios de respiración, meditación o algo que implique más movimiento, es importante que no descuides tu bienestar.
También es importante que le enseñes a tus hijos que tienes tus horarios en los que no puedes estar atenta de ellos todo el tiempo pero que no dejarás de verlos. Si aún son demasiado pequeños, es importante que trates de organizarte para que el cuidarlos no sea un detonante de estrés máximo. Busca una red de apoyo y si no te es posible, habla con tus superiores. Es importante explicar que tienes la responsabilidad de tus hijos pero que no vas a dejar de cumplir con lo que te asignen. únicamente es cuestión de buscar una mejor repartición de tiempos.
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