Hasta los 3 años, en promedio, los niños no saben cómo canalizar sus frustraciones y, usualmente, arman pataletas para expresar sus sentimientos de tristeza, decepción, temor o ira.
Lanzarse al piso, gritar, llorar desconsoladamente, lanzar cosas, morder, patear y hasta agredirse son reacciones muy frecuentes.
Es probable que hayas probado con cuanto consejo te hayan dado y, tal vez, ninguno haya funcionado.
Recomendados
Cómo educar a tu hija para que crezca con responsabilidad afectiva
5 claves que debes poner en práctica con tu hijo para que sea todo un caballero
6 maneras de inspirarle confianza a tus hijos
Los psicólogos infantiles y orientadores sugieren 7 claves para enfrentar estas rabietas:
Sé amorosa
Aunque seguramente sientes rabia o impotencia, sobre todo porque suele hacer las pataletas en público, mantente amorosa, pase lo que pase.
Tus miradas, gestos y palabras deben transmitir la serenidad que le falta en ese momento a tu pequeño.
Comienza por detectar el motivo de su molestia para pensar la mejor manera de ayudarlo.
Trata de distraerlo
Háblale sobre algo que le guste, canta su canción favorita o muéstrale un juego divertido que pueda entretenerlo.
Esta técnica suele funcionar, sobre todo cuando apenas empieza el berrinche.
Escúchalo y valora sus emociones
Déjalo que se exprese, cuidando de establecer los límites, si le está haciendo daño a alguien, a algo o a sí mismo.
Escucharlo es muy importante porque validará sus emociones. De esta forma, entenderán que lo que sienten es apreciado por ti y te buscarán para manifestar sus pesares.
Si no lo desea, no lo obligues a que te diga lo que le sucede. Dale espacio y tiempo, si lo pide.
Como verás, ignorarlo es un error recurrente.
Recuérdale lo que está bien
Es fundamental que utilices un tono de voz bajo y pausado. Inclínate a su altura para que estén al mismo nivel, esto genera más confianza.
Decirle que lo que hace no está bien y cuáles son tus expectativas sobre él sirve para que tu niño vaya haciendo consciencia de lo bueno o lo malo.
Evita amenazarlo, pero invítalo pedir disculpas a quienes haya ofendido durante su episodio.
Cero gritos y golpes
El maltrato debe estar descardado de tu filosofía como mamá. La violencia solo genera conductas negativas y traumas que los acompañarán hasta la adultez.
Si sientes que estás perdiendo la paciencia, piensa bien antes de hablar o pídele a alguien que te asista.
No cedas a su petición
Acceder a darle lo que exige o llevarlo a donde quiere es avalar su comportamiento. Si cedes para que se tranquilice, cada vez que quiera algo, hará el mismo show porque lo estás premiando.
Refuerza su actitud positiva cuando se calme
Reconocer lo mucho que te gusta cuando sonríe y se calma es otro método muy beneficioso, pues a todos nos gusta que nos halaguen cuando hacemos las cosas bien.
Jamás le digas que ya no lo amas, tampoco lo avergüences. Esto prolongará su molestia y afectará su autoestima.