El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad afecta a un 5% de la población infantil mundial. Los expertos la definen como un trastorno de carácter neurobiológico, que dificulta al niño con TDAH prestar atención, haciéndolo hiperactivo e impulsivo.
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Existen diversos tratamientos, siempre de la mano de expertos en conducta infantil. Algunos recomiendan atender también la alimentación, como una terapia alternativa que contribuya a controlar los síntomas.
La especialista en nutrición, doctora Margarita Botero, publicó una lista de los más beneficios y los menos recomendables para los pequeños que han sido diagnosticados.
Omega 6
Botero señala que el Omega 6 es muy beneficioso para el cerebro. Estos ácidos grasos poliinsaturados son derivados del ácido linoleico. Lo podemos conseguir en el aceite de girasol y de oliva; ajonjolí, nueces, soya y aguacate.
Omega 3
Está en el pescado azul; la yema de huevo, piña, fresas, algas marinas, almendras, nueces, pepino, espinacas, linaza, soya y lechuga.
Triptófano
Explica la doctora Botero que además se deben considerar los alimentos ricos en triptófano, “que es un aminoácido precursor de la serotonina, la llamada sustancia química del sueño”. Este componente se halla en el pollo, nueces y semillas de ajonjolí.
Recomienda sumar frutas y verduras ricas en zinc y vitamina B6, que son “necesarios para sintetizar la serotonina junto al triptófano”.
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Los más perjudiciales
En este apartado, la especialista sugiere eliminar de la dieta del pequeño la azúcar refinada, el jarabe de maíz, glucosa, dextrosa y los edulcorantes artificiales como el aspartamo.
Además aconseja evitar la ingesta de café, sodas o incluso el chocolate si no tiene un alto porcentaje de cacao.