Maternidad

9 cosas negativas que ocurren cuando castigas a tu hijo

Psicólogos precisan que ciertas condiciones aplican para un resultado exitoso del castigo.

Pexels (Comstock/Getty Images/Comstock Images)

En el tema de la crianza infantil existen muchas opiniones, estudios y conclusiones. Sin embargo, lo que puede funcionar en una familia puede ser contraproducente para otra, para cada una tiene sus experiencia y cada persona es diferente. Lo que psicólogos precisan comúnmente es que papá y mamá deben pensar bien el tema de los castigos para sus pequeños, pues ciertas condiciones aplican para un resultado exitoso.

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La psicóloga Vanessa Muñoz (@psicokids) precisa que muchos padres le preguntan por la efectividad de los castigos. “Suelen preguntarme recurrentemente si los castigos funcionan y yo siempre les respondo que SÍ, pero que este tiene letra pequeña como en los contratos. Aquí cabría apuntar que «cientas», y no solo ciertas, condiciones aplican”.

La especialista describe 9 acciones del castigo:

– Funciona solo por un tiempo. Los niños desarrollan «tolerancia» y para que siga funcionando se escala (más castigo, más fuerte, más tiempo).

– No enseña. Solo inhibe la conducta.

– Solo funciona ante la persona que castiga. Muy pocos niños llegan a generalizar.

– El castigo tiene un coste emocional, para el niño y para los padres. Los niños lo mantienen velado por el amor hacia sus padres y los padres con el manejo inadecuado de la culpa que termina en la normalización del mismo.

– Resiente el vínculo de confianza entre padres e hijos. ¿Cómo admito que me equivoqué si me espera un chancletazo? Pues no, por eso miento, escondo y evado la responsabilidad.

– Genera miedo y no respeto.

– Cuando la balanza de poder esté más equilibrada entre padres e hijos (normalmente en la adolescencia) los hijos tienden a «rebelarse» a este tipo de «corrección».

– Los niños que crecen con este tipo de correctivos son más susceptibles a desarrollar problemas de conducta, personalidad y depresión, según estudios científicos.

– No hay relación entre el uso del castigo con un desarrollo equilibrado, sano y responsable en el adulto.

“El castigo aunado a mensajes y acciones contradictorias (te pego pero me duele más a mí, te pego para educarte, te pego porque es lo mejor para ti, te pego y luego me siento culpable y te doy lo que quieres, etc) confunden la psique del niño y deriva en una concepción errónea del amor y las relaciones interpersonales. Probablemente tolere cosas que no sean sanas de amigos o parejas”, destacó la psicóloga

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