Maternidad

La realidad de nacer en Chile: ¿Se respeta el proceso del parto?

Hace ya un tiempo las doulas se transformaron en una gran contención para las mujeres que quieren vivir confiadas este proceso natural. Pese a esta premisa, aumentan las cesáreas en el servicio privado y público. ¿Qué pasa en el sistema?

Hace más de una década que se habla sobre el parto humanizado. Las mujeres estamos cada vez más conscientes de nuestros derechos al momento de parir a nuestros hijos, pero pocas toman la decisión de hablar con el personal médico para traerlos al mundo de manera natural y libre de medicamentos. Es cierto que existen miedos, esos mismos que nos frenan.                          

Si hablamos de cifras en la esfera pública, en el año 2016, el 43% de los nacimientos fue por cesárea, una cifra alta si consideramos que el 2001 eran sólo el 31%. ¿Qué pasa en el sistema privado? Como debes imaginar, predominan siempre las cesáreas. Cifras del 2014 apuntan a que el 72% de los partos en clínicas fueron por esta vía.

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El alza se debería al aumento de la edad de las embarazadas, que implicaría más riesgos; más patologías asociadas al parto, como la hipertensión arterial o la diabetes, y a la posibilidad de usuarias de Fonasa de atenderse en Modalidad Libre Elección. La información objetiva la da la Organización Mundial de la Salud (OMS): las cesáreas no deberían superar el 10 o 15% del total de partos de un país.

Carolina Barahona, creadora del espacio Mamatriztica (www.mamatriztica.cl), lleva 7 años realizando talleres y encuentros relacionados con la maternidad. Al mismo tiempo cuenta con una red de doulas, “comadres”, quienes realizan un acompañamiento psicoafectivo a las mamás desde la gestación, el parto y en el postparto, si se requiere. Se trata de un grupo multidisciplinario de dueñas de casa, enfermeras, matronas, médicas, artistas, ingenieras; algunas son madres y otras no, pero a todas las une la sensibilidad hacia el resguardo de la maternidad.

“Aclaremos que la doula no cumple un rol médico, como una matrona o enfermera, sino que es una acompañante que le brinda a la mamá confianza, apoyo, información. Es un rol muy antiguo, ancestral, que se ha perdido en nuestra sociedad tan individualista. La mujer no tiene esa red de soporte femenina que en otros tiempos más comunitarios se daba cuando, intuitivamente, estaban juntas todo el tiempo, conversaban sus procesos, sobre cómo criar, cocinaban juntas. En la sociedad actual a las mujeres se les hace muy difícil la maternidad por el ritmo de vida, por estar muy solas, se dificulta la lactancia y todo lo que implica sostener a otro ser humano. La doula cumple un rol materno, en el sentido que le da un apoyo incondicional a esa mujer”, explica.  

Carolina confirma que se ha producido un aumento en los requerimientos de doulas. Hace 10 años en Chile eran contadas con los dedos de las manos; hoy abundan porque vienen a llenar un vacío social: la falta de información. “Las mujeres se hicieron conscientes. Me parece precioso, porque lo que Mamatriztica propone es un mundo más amoroso desde el comienzo de la vida. Si cambiamos las bases de cómo somos sostenidos desde que llegamos, podemos tener un cambio importante en las futuras generaciones”. 

Sin embargo, tanto en el servicio público como privado cuesta incluir a las doulas en la ecuación o equipo de parto. ¿Por qué? “El rol de la doula es contracultural. Hay un paradigma que sostiene un nivel de violencia obstétrica, entonces genera resistencia el rol de la doula, porque se visibilizan muchas cosas que no se hacen bien. La mujer que empieza a exigir sus derechos va un poco contra la corriente. Si uno ve lo que la Organización Mundial de la Salud aconseja sobre el parto, no se cumple casi nada, como que la tasa de cesárea no puede superar el 15%. En el nivel privado, el nivel de cesáreas hoy creemos que supera el 70%”, agrega.

Aunque se piense que las doulas sólo incentivan el parto natural, lo cierto es que, según explica Carolina, brindan toda la información necesaria a la mujer para que el parto se desarrolle de la mejor forma. Obviamente reconoce los beneficios de un parto natural, pero no enjuicia a la madre que quiere tener una cesárea por alguna razón. “De manera personal he pasado por la lucha con las instituciones, y ahora me dedico a trabajar de forma independiente con la mujer, sembramos la semilla en ella. Ha sido bonito ver cómo se generan cambios: van al doctor conectadas con su cuerpo, con sus necesidades, y eso provoca que planteen algo distinto. El sistema va cambiando desde ahí. También valoro mucho a las doulas que hacen el cambio desde adentro, que en general son matronas que tienen un lenguaje médico”.

La creadora de Mamatriztica ve un cambio lento en las instituciones, pero un gran despertar en nosotras, que cada día estamos más conectadas con el cuerpo. 

SERVICIO PÚBLICO

Pascale Pagola es matrona de la Universidad Católica, doula certificada de Doulas of North America, y una precursora de esta tendencia en Chile con www.almademama.cl. Ella también ve un pequeño avance en clínicas y hospitales. “He capacitado a más de 300 mujeres como doulas junto con Guadalupe Trueba, una experta mexicana. A muchas personas les ha hecho click el tema y están más alineados, pero a nivel de políticas públicas, que se relacionen con fomentar el acompañamiento a las mujeres gestantes, de fomentar un parto fisiológico seguro, está muy lento”.

Hace 14 años se dedica a la preparación del parto, la llamada educación prenatal. Como estudiante de Obstetricia veía información que no le cuadraba, y certificarse como doula, donde se hace hincapié en el fomento del parto fisiológico sin intervenciones, le dio sentido a su profesión.

En general una doula no puede entrar al parto en los hospitales, pero la puede acompañar en todo el proceso y en el postparto. Pascale logró realizar un plan piloto hace un par de años en un hospital de Santiago, donde se capacitó a doulas que trabajaban de forma voluntaria. El sistema fue mejorando con el tiempo, y la tasa de cesárea bajó un 6%, pero al año de funcionamiento las matronas del establecimiento dijeron que no era necesario, y dejó de existir.

Al parecer, si no nace como una necesidad de las mismas matronas de las instituciones y ven los beneficios, es difícil mantenerlas. Ahora Pascale realiza cursos y capacitaciones a distintos servicios de salud para fomentar el parto personalizado y fisiológico, y la importancia del acompañamiento contínuo, amoroso, a las madres, centrado tanto en lo físico como emocional.

“Al final es un tema complejo, porque en el área privada la mujer tiene su matrona personal, pero hay más cesáreas. Se programa la cesárea y se medicaliza más el parto, se manipula un poco más, se apura, se organiza con la agenda del médico. ¿Qué hace la matrona? ¿Sólo el tema médico y no de acompañamiento? En el área privada todo depende de si la mujer está informada, si quiere tener un parto natural, y si su equipo médico acepta”.

Como explica Pascale, en el área pública dan más tiempo, se alargan los procesos y tienen más partos vaginales, pero no por eso son partos menos intervenidos. “Se ve mucha oxitocina sintética, altos niveles de epidural, mujeres que no comen durante el trabajo de parto, que no las dejan caminar, y eso hace que los partos se compliquen. La violencia obstétrica se relaciona con que se altera un proceso fisiológico, y se patologiza un evento natural”, detalla.

Por otra parte algunas matronas consideran peligroso depositar el parto en personas que no cuentan con conocimiento científico. Quizás se puede llegar a un equilibrio entre las dos partes. “Quiero ser optimista, quiero llegar a la mayor cantidad de profesionales de la salud, especialmente matronas. Mi foco es empoderarlas, darles conocimiento para que se pongan en el lugar de la que está pariendo, para darles todo lo que necesiten. También soy optimista porque veo más mujeres con ganas de informarse, pero falta mucho porque en el sistema público no pueden elegir. Insto a que dejen reclamos si no son escuchadas”.

Para concluir, la especialista, quien ha trabajado con más de mil parejas que tuvieron buenos resultados, que disfrutaron de una buena lactancia, disminución del dolor y menor tasa de cesáreas, reitera que “hay mujeres más informadas, algunos profesionales con conocimiento, pero no políticas de salud que estén en esta línea. Sí existe la opción en algunos servicios públicos de parir de pie, es una alternativa por ejemplo en el Hospital San Juan de Dios. Otros ofrecen hidroterapia, como el Hospital La Florida, donde ponen a la mujer en una tina caliente para disminuir el dolor”. 

Tanto la OMS como la Asociación Americana de Ginecología y Obstetricia (ACOG), señalan que el acompañamiento emocional permanente es sumamente relevante y positivo para las mujeres. Pascale nos cuenta que en otras partes del mundo existen interesantes avances; en la Universidad de San Diego, Estados Unidos, específicamente en la Facultad de Medicina, se insta a los estudiantes hace 13 años a ser doulas o doulos por turnos. En Inglaterra, en tanto, existen campañas lideradas por las propias matronas para que se normalice el parto. 

En la Asociación de Doulas de Norteamérica, DONA, demuestran con cifras los beneficios de contar con este acompañamiento:

* Disminución del 50% de cesáreas.

* Disminución del 25% de la duración de trabajo de parto.

* Disminución del 40% en administración de oxitocina.

* Disminución del 30% de administración de medicamentos para el dolor.

* Disminución del 40% de aplicación de fórceps.

* Disminución del 60% en la necesidad de administrar bloqueo epidural.

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