Crianza con asertividad
Nadie sabe cómo ser papá y mamá, cada persona va aprendiendo en el camino de las diferentes experiencias de vida que vive en la familia. Muchos psicólogos explican diferentes tipos de padres, de crianzas y en esta oportunidad el enfoque está en impulsar padres asertivos, aquellos capaces de expresarse de manera adecuada.
La psicóloga Hilda Hernández, en su cuenta @psicoinfantilvenezuela explica que:
“No hay padres ni hijos perfectos, la verdad nadie lo es, pero creo que hay algo que hace la diferencia y es la forma en la que afrontamos la vida, la crianza, el día a día, por eso ser asertivos, flexibles y estar claros es lo más recomendable”.
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Detalla la psicóloga que la asertividad es la habilidad personal que permite expresar directamente los propios sentimientos, opiniones y pensamientos, a la vez que se defienden los derechos propios, en el momento oportuno, de la forma adecuada y sin negar ni desconsiderar los sentimientos, opiniones, pensamientos y derechos de los demás.
“Como estilo de comunicación, la asertividad se diferencia y se sitúa en un punto intermedio entre los extremos de la agresividad y la pasividad, donde se involucran la empatía, la comunicación, la escucha activa y la integridad”.
Asegura Hernández que una manera asertiva de comunicación es siendo firme, consistente, claro, positivo, cálido y seguro, lo cual muestra a los hijos que mamá y papá saben lo que está pasando alrededor y que tienen interés en escuchar.
La psicóloga recomienda:
Al dar una orden, hacer que los hijos vean los beneficios de realizarlas, en vez de gritar y mandarlos a lavarse los dientes o buscar algo, deben mostrarle lo bueno que ocurrirá si lo hacen, para que ellos se sientan capaces, conectados y con deseos de cooperar.
Dejar que los niños analicen la situación, que hagan las cosas por un deseo de ellos de ayudar, y no porque se lo exigen repetidas veces. Por lo que se debe emplear la firmeza y coherencia.
Ver y comunicar las cosas de forma positiva, explicando y dando una advertencia pero con un argumento que nuestros hijos lo entiendan.
Los límites asertivos son la clave, y la comunicación permanente la única forma de educar, así saber que siente cada uno y estudiar las alternativas para solucionar.