-Todos alguna vez tuvimos algún miedo cuando pequeños: algo que podía salir del clóset, que nos tocaran el pie desde debajo de nuestra cama o que hubiera alguien escondido detrás de la cortina de la tina. Cómo pueden los padres ayudar a que enfrenten sus temores.
Los miedos más comunes son a la oscuridad, a la lluvia, a los perros, a la soledad y a caerse. El primero es el más normal y recurrente. Cuando apagan la luz los niños se imaginan mundos fantásticos con monstruos y ojos que los está vigilando desde arriba. Las lluvias les dan miedo a los que son muy chicos porque producen un ruido desconocido. A los perros les comienzan a temer entre los dos y tres años porque creen que los van a botar, sobre todo aquellas razas juguetonas. Tienen pánico de quedarse sin sus padres, la separación física los atemoriza porque están acostumbrados a la seguridad y tranquilidad que les entregan sus progenitores. El miedo a caerse aparece cuando están aprendiendo a caminar.
Para superar esos temores, los papás tienen que comunicarse con los hijos, lograr que los niños expresen sus miedos. Además tienen que demostrarles contención y sostén, los progenitores (o quienes estén a cargo) son los que les dan confianza y seguridad, deben llevarlos a ver a esos animales que temen, por ejemplo. Los deben acompañar y decirles que ellos cuando pequeños también tenían temores. Otra forma de enfrentar los miedos de los niños es a través del juego: dejar a oscuras una pieza, durante el día, para que los niños entiendan que no hay ningún peligro, por ejemplo.