En las jornadas de votación en Ecuador hay un protagonista refrescante que no pasa desapercibido: el “come y bebe”, una ensalada de frutas cortada en cubitos y bañada en jugo (generalmente de naranja) que se sirve con la consistencia justa para comer y tomar al mismo tiempo.
Esta mezcla de papaya, banano, piña y jugo se ha colado en las mesas y carritos junto a los recintos electorales porque es barata, fresca y perfecta para todas las edades.

Más allá del come y bebe: un menú electoral por regiones
Las calles alrededor de los colegios electorales se transforman en un pequeño mapa gastronómico del país. En la Sierra, platos contundentes como la fritada, el hornado, el locro o los caldos (menudo, caldo de gallina, caldo de 31) son habituales; estos platos reconfortan después de haberse enfrentado a largas filas, además repelen el frío matinal.

En la Costa, el encebollado, los plátanos maduros con queso y las frituras callejeras dominan el menú. Las bebidas tradicionales como jugo de caña, agua de coco o granizados aparecen según el sector. Así, la presencia constante de estos sabores en las jornadas electorales resalta cómo la gastronomía acompaña la movilización ciudadana.

Una tradición social y económica
Ir a votar muchas veces es sinónimo de compartir, porque familias enteras, amigos y emprendedores locales se reúnen para convertir la espera en una excusa para conversar y apoyar al negocio de barrio.
Vendedores ambulantes aprovechan la afluencia para ofrecer desde un piqueo rápido hasta un almuerzo completo, reflejando también la geografía del país y la creatividad de los comerciantes.

¿Por qué funciona el come y bebe en la elección?
Su éxito se explica con sencillez, este snack es refrescante, rápido de consumir, económico y versátil, es decir que puede verse como postre, merienda o bebida.
Además, es fácil de preparar en grandes cantidades, lo que lo vuelve ideal para jornadas masivas donde hay que atender a familias y personas mayores. Su carácter tropical y colorido también suma, porque ver las tazas llenas de frutas y jugo aporta un punto alegre a la rutina cívica.

Sabor y civismo: una mezcla que une
La gastronomía en el día de votaciones es más que comida, es una pequeña celebración de lo cotidiano. Entre risas, colas y papeletas, un come y bebe compartido o un encebollado caliente funcionan como hilo social que conecta generaciones y regiones.
Para los emprendedores que se organizan en cada elección, además, los comicios representan una oportunidad económica importante.

Comida y consulta popular
Si planeas salir a votar hoy, deja espacio para el paladar, prueba el come y bebe si buscas algo fresco, regálate un plato típico si quieres calidez o acompaña tu jornada con una bebida tradicional.

Así, entre papeletas y sabores, las elecciones se viven con más alegría, conversación y, por supuesto, ¡buen apetito!

