El caso de “El estafador de Tinder” (The Tinder Swindler), ahora ha sido llevado hasta la plataforma de Netflix como una cinta que ha aterrorizado a muchos usuarios de dicha aplicación de citas.
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El sujeto, cuyo nombre es Simon Leviev (o Shimon Hayut), se ganó su apodo después de supuestamente usar Tinder para conquistar mujeres a las que luego estafaría para que le enviaran dinero.
Él fingía ser el hijo del director ejecutivo de una empresa de diamantes y con base de supuestos lujos, fotografías manipuladas, una vida extravagante y falsos pretextos, enamoraba a sus víctimas.

Se estima que Hayut robó $ 10 millones de sus víctimas.
El llamado “catfishing” no es nuevo. Ha existido incluso antes de que las aplicaciones de citas se popularizaran. Sin embargo, es ahora cuando cada vez más personas se han atrevido a alzar la voz, revelando casos terroríficos de engaños.
¿Alguna vez has contactado a alguien por redes sociales o aplicación y te ha parecido que algo no encaja? Lo primero que una piensa es que “debe ser un perfil falso” sin embargo, es muy fácil caer pues quien está detrás es experto en manipulación.
En todo el mundo han surgido historias de terror alrededor de éstas estafas. Y a raíz de la cinta de Netflix se ha dado a cononocer el caso de un estafador mexicano.
Así lo reveló una usuaria en Twitter, quien contó su historia con quien ahora se ha ganado el apodo de “el estafador de Tinder mexicano”.
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Sofía Abraham relató su cruda experiencia con un hombre llamado Guillermo Ortega, a quien conoció en Tinder en 2020. Los hechos ocurrieron en Mérida.
Eran principios de la pandemia de COVID-19 por lo que el sujeto aprovechó la situación para crearse toda una historia y así lograr su objetivo y evitar ser atrapado.
“Era un hombre guapo, doctor, alto, piel blanca, cabello negro rizado y un lunar característico en el rostro. Hice swipe a la derecha. Hicimos match. Supongo que empezó como cualquier platica. En realidad he bloqueado tantas cosas en mi memoria, que no me acuerdo de detalles”, relató Sofía.
El evitar los encuentros en persona le vino “como anillo al dedo”.
“Yo quería que nos viéramos en persona para saber que existía, porque algo no cuadraba al 100. Me decía que como vive con su mamá le daba miedo el covid, y en ese punto de la pandemia yo estaba igual y entendí. “Para no arriesgar a nuestras familias, apenas pase esto, nos vemos””, escribió la usuaria.
Según el testimonio, estuvieron un tiempo en contacto únicamente vía remota. El presunto estafador le dijo que tenía depresión y ansiedad.
Esto los llevó a comenzar a tratarse por teléfono, además de que convencería a Sofía de que sí era real.
“Las llamadas empezaban a ser todos los días, a veces durante dos horas sin parar, además de los mensajes 24/7. Ya empezaba a decirme “te quiero”, “me gustas” y todo eso. Lo sentía medio extraño pero me dejé llevar”.
Según cuenta la joven, en una ocasión el sujeto le habló para decirle que estaba muy mal y pensaba suicidarse. Esto llevó a Sofía a tratar de ir hasta su casa pero nunca quiso pasarle la ubicación.
“Después de rogarle que no lo hiciera y suplicarle que me mandara su ubicación para ir a “salvarlo”, nunca me la mandó y claramente no se tomó nada. Esos mismos patrones de “chantaje” se repitieron mucho”.
Asustada por lo que podría pasarle, la joven averiguó por cuenta propia dónde podría ubicarse. Finalmente encontró la casa en la que supuestamente vivía pero al comunicarse, contestó una mujer que le confesó que había sido ella todo el tiempo y que utilizaba un distorsionador de voz para hacerse pasar por hombre.
Aunque nunca supo la finalidad, este tipo de situaciones se prestan para muchas cosas, como son las estafas. Tampoco hay que olvida que México es uno de los países donde los índices de violencia de género están a la alza.
“si cuento esto es porque sé que es algo que sigue haciendo y me gusta pensar que puedo evitar cierto daño hablándolo. Mi moraleja: si algo no se siente bien, o no cuadra, escucha a tu intuición. Pide fotos, redes, no te confíes y siempre pon un plan de verse pronto.