Muchas veces creemos que ser una madre sobreprotectora es lo ideal para que nuestros hijos crezcan sanos, felices y protegidos, pero no es así del todo porque los resultados saltan a largo plazo cuando ya es muy difícil corregir.
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De hecho, los niños con padres que les sobreprotegen no aprenderán las habilidades necesarias para ser independientes y desarrollarse con éxito, pensarán que no vale la pena esforzarse y delegarán sus responsabilidades.
Entonces creemos que nuestros hijos son tiranos, narcisistas, vagos y autoritarios por naturaleza, cuando realmente los errores se cometieron en la crianza desde las primeras edades.
Las razones por las que no debes ser una madre sobreprotectora
De acuerdo con el portal especializado, Etapa Infantil, cuando los niños siempre dicen “no sé” al momento de realizar algo, sufren rabietas cuando no se cumplen sus deseos, los padres le hacen los deberes y necesitan que otros satisfagan sus deseos, son indicios de que hay una madre sobreprotectora detrás.
Al tener estas actitudes, les están enviando un mensaje subliminal de que no pueden manejar los desafíos de la vida por su cuenta, así que esto les genera baja autoestima y falta de confianza en sí mismos.
De igual manera, sentirán que realmente no confías en ellos y que siempre deben hacer todo perfecto para demostrarte que estás equivocado, lo que supondrá una gran presión encima.
Podría decirse que en ocasiones tendrán miedo de fallarte, decepcionarte o ser sinceros contigo para contarte lo que les sucede.
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En la misma línea, la dependencia a los padres hará que ellos sientan que deben consultarte o pedirte que hagas todo, dejando que tomes las decisiones por ellos y anulando su identidad.
Por tal motivo, estás haciendo que estos niños en el mañana sean adultos propensos a caer en depresión o padecer problemas de estrés, ansiedad o agresividad.