La niñez es el periodo en el que desarrollamos los soportes físicos, intelectuales y afectivos que nos permitirán desenvolvernos en el futuro, por lo que es muy importante quemar todas las etapas a su debido tiempo.
Precisamente, es el momento especial en la vida para no tener trabajo, responsabilidades o tomar grandes decisiones, donde es necesario recibir cuidados, protección, afecto, seguridad, orientación, diversión y estabilidad para convertirse en personas sanas.
Sin embargo, en nuestro afán de adultos muchas veces olvidamos esto, impulsándolos a asumir y hacer cosas que no les corresponden, lo que a larga se ve representado en su salud mental y emocional.
Deja a tus hijos disfrutar de su niñez
No lo sobrecargues con actividades extraescolares
Está bien que los niños disfruten de pasatiempos fuera de clases, como ir al fútbol o a la danza, porque son intereses que tienen y que les sirvirán para mantenerse sanos y felices, pero todo tiene su límite.
Ellos necesitan espacio para el descanso, el ocio, jugar ¡y hasta aburrirse! Ayúdalo a desarrollar sus talentos, pero no quieras saturarlo de obligaciones o presionarlos.
No lo pongas a cargo de un hermano
Por las dinámicas familiares que se viven actualmente, a muchos pequeños les ha tocado responsabilizarse por su hermano menor cuando papá o mamá no están en casa, pero la realidad es que un niño no puede cuidar a otro.
Los niños tienen que ser niños y actuar como tal, no tener responsabilidades de adultos. Si no les dejamos disfrutar de la inocencia, de la libertad, de los juegos, ¿cuándo podrán comportarse como niños?
No les prohíbas jugar
Muchas veces nos enojamos porque al jugar se ensucian la ropa o hacen mucho alboroto, no obstante, están en la etapa para ello.
Dale y respeta su tiempo de juego y comparte con él estos momentos. Estimula su imaginación y creatividad en cada momento de estos y llévalo a conocer lugares nuevos, bríndale experiencias que enriquezcan su intelecto pero también su corazón y no te olvides de conversar mucho con él.
