Este viernes 20 de agosto, Netflix estrenó Crímenes de familia.
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Desde ese día, es la número 1 en Argentina en el gigante de streaming y varios usuarios han expresado su impresión mediante redes sociales.
Dirigida por Sebastián Schindel y protagonizada por Cecilia Roth, quien carga con todo el peso de la película, narra la historia de una familia de clase alta en Buenos Aires cuyo hijo(Benjamín Amadeo), de más de 30 años, es denunciado por su expareja, Marcela(Sofía Gala), por violación y tentativa de homicidio.
Daniel, es un chico con una conflictiva relación con su padre, Ignacio (Miguel Ángel Solá), es hijo único, y solo aparece en el momento de pedirles plata a sus padres.
«Estoy harto de solo abrir la billetera», declara en una escena Ignacio.
Hay un refrán que dice, «La culpa no es del chancho, sino del que lo cría», y esto no se plantea como una afirmación en la película, pero sí cómo una pregunta.
Asimismo, cobra especial protagonismo la mucama, Gladys (Yanina Ávila), quien vive con la familia junto a su hijo pequeño a quien Alicia (Roth) es juzgada por un hecho que se dará a conocer mediante avance el largometraje.
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Roth, interpreta a Alicia, una mujer acostumbrada a todo tipo de comodidades, que recibe la llamada de su hijo, Daniel, desesperado por la denuncia de su ex.
Hay tres declaraciones espeluznantes ante Tribunales y son las de Amadeo, Gala y Ávila.
Siendo Amadeo el primero, hace una descripción de su exnovia como una mujer sin escrúpulos, utilitaria y vengativa. Sus ojos llenos de lágrimas, cuando recuerda cómo cayó en la droga y la impotencia que confiesa al no poder ver a su hijo, hace que el espectador se sienta ansioso por escuchar lo siguiente (porque hay algo que no se termina de creer.
Efectivamente, al declarar Ávila, quien hace toda una síntesis de la violencia machista que contó sufrir por Amadeo, no quedan dudas: estamos ante un filme de género.
El testimonio de Ávila es breve pero desgarrador, desde el punto de vista de una mujer a la que la vida atropelló desde que nació hasta su presente.
Cecilia Roth, realiza una interpretación soberbia, no solo como mamá, sino como mujer, una mujer que decide tomar sus propias decisiones y pensar desde su zona de confort, que se ve afrentada no solo por lo sucedido con su hijo y la mucama, sino por el cuchicheo de pasillo.
Crímenes de familia, no cuenta algo que no se haya narrado anteriormente, y tiene el pecadillo de volverse discursiva en ciertas escenas pero estamos ante una muy buena película, que enlaza originalmente las diferentes historias, y consigue perturbar, provocar sentimientos, lo que solo hace el buen arte.
Esta película, debería ser vista, aunque en estos tiempos estemos cansados de oír hablar de la violencia de género, pero precisamente, es por eso.
Lo que lo demuestra, es que está inspirada en hechos reales.
Qué este caso sea uno más, no la hace repetitiva, sino más terrorífica, y en especial, al insinuar la corrupción judicial y esos abogados oportunistas que en realidad son máquinas expendedoras de sacar plata, para untar a todo un sistema.
El filme, iba a estrenarse en la pantalla grande pero debido al Covid-19 se hizo en el gigante de streaming.
Sospecho que verla en el cine, incrementaría mucho más ese nudo que origina, como cuando no se ha tragado bien una pastilla.
Y es que las mujeres, sean de la clase social que sean, no dejan de estar expuestas ante la violencia machista.
La única diferencia es que las que cuentan con recursos, pueden decidir. Las otras son las olvidadas.