Lentamente las personas empiezan a cambiar su opinión sobre los zoológicos y los centros de atracciónes que utilizan animales como parte del espectáculo.
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La opinión pública está despertando y adquiere conciencia de las lamentables condiciones en las que viven las especies en cautiverio.
Hay un hecho que así lo respalda. SeaWorld, compañía estadounidense dueña de varios centros acuáticos, anunció un importante descenso en sus ganancias durante este 2016.
Esta semana, la polémica firma lanzó su informe de ganancias donde es posible advertir una notoria pérdida en el dinero ingresado y en la cantidad de público que decide asistir a este tipo de lugares.
Durante los primeros nueve meses de este año, el dinero ingresado a SeaWorld llegó a los 1,8 billones de dólares, lo que significa un descenso de 26,5 millones de dólares si se compara con el mismo período del año pasado.
Las malas noticias para la empresa también salpican a los espectadores. El parque de Orlando de SeaWorld ha recibido 432 mil visitas menos esta temporada en relación al 2015.
Desde el estreno de Blackfish, polémico documental que dejaba al descubierto el maltrato que las especies marinas sufrían en estos recintos, el público ha tenido una actitud cada vez más contraria a los centros acuáticos. ¿Se acerca el fin de este tipo de lugares de sufrimiento?
