Hace seis meses, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos le exigió al Gobierno de Paraguay que detuviera la tala en el Chaco, principal pulmón verde de Sudamérica después de la Amazonía y que presenta la tasa de deforestación más alta del mundo.
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La exigencia estaba encaminada a proteger a los indígenas ayoreos, quienes corren un grave riesgo de ser exterminados a raíz de la irresponsable acción de terratenientes ganaderos y empresas forestales que destruyen ilegalmente el Chaco Paraguayo.
Según acusa la organización Survival, el gobierno de aquel país no ha conseguido detener la tala en esa región y tampoco ha mostrado voluntad para conseguir aquello, pese al accionar de varias organizaciones locales.
“No queremos perder nuestra tierra. Es la tierra donde nuestros padres y abuelos vivían y donde viven hasta hoy nuestros parientes en el monte. Queremos que nuestros hijos y nietos crezcan en la tierra de nuestros antepasados. Estamos reclamando esta tierra”, señaló un ayoreo destacado por el sitio de Survival.
De esta forma, uno de lo últimos pueblos aislados de Sudamérica podría acercarse peligrosamente a su exterminio por culpa de la acción irresponsable de empresas que según se estima talan una media de 14 millones de árboles al mes en el Chaco.