38 mil toneladas de salmones muertos fue el saldo que dejaron las mortales microalgas chatonella y leptocylindrus danicus en el sur de Chile. El Servicio Nacional de Pesca dio como plazo máximo a las empresas productoras el 18 de marzo para las labores de remoción del material descompuesto en el fondo de las piscinas pesqueras, por lo que se contrató los servicios de 950 buzos sub contratados.
Fue en ese contexto donde uno de los trabajadores publicó una carta abierta denunciando que son obligados descender a profundidades no permitidas para un buzo básico y que las empresas están poniendo en peligro sus vidas. En la misiva, el anónimo relató que muchos de sus compañeros sacan “los salmones muertos con un alto nivel de descomposición. Es como bucear dentro de un pozo negro lleno de excremento, así estamos obligados a sacar la mortalidad”.
Además, indicó que cualquier reclamo formal hacia sus empleadores podría significar el despido automático, por lo que nadie se atreve a alzar la voz. “No podemos reclamar porque al momento de hacerlo somos despedidos de nuestro trabajo. Han llegado prevencionistas de riesgo de la empresa AQUACHILE pero ellos solo cuidan los derecho de la compañía”, indicó.
Revisa la carta completa a continuación viralizada por la Central Unitaria de Trabajadores:
“Carta abierta, Puerto Montt 15 marzo 2016.- Soy buzo básico sin derecho a la vida. En estos 15 días de la catástrofe del salmón que llevamos extrayendo mortalidad acá en la X Región en centro CAPERA, HERRADURA y HUENQILLAHUE situados en los al rededores de ISLA MAILLEN a 20 minutos de PUERTO MONTT, los buzos básicos somos sometidos a una intensa y peligrosa labor para nuestra salud. Somos sometidos y obligados a trabajar a unas profundidades no permitidas por la autoridad marítima, ya que el buzo básico puede bajar a un máximo de 20 metros de profundidad, pero como las peceras aumentaron su profundidad por el peso del pescado muerto tenemos que bajar a 27, 28 y 30 metros, para lo cual el buzo básico no ésta permitido. También somos exigidos y trabajamos en precarias condiciones de seguridad. Sacamos los salmones muertos con un alto nivel de descomposición, es como bucear dentro de un pozo negro lleno de excremento, así estamos obligados a sacar la mortalidad. No podemos reclamar porque al momento de hacerlo somos despedidos de nuestro trabajo. Han llegado prevencionistas en riesgo de la empresa AQUACHILE pero ellos solo cuidan los derechos de la compañía. Le pregunte a un prevencionista y al jefe del centro qué pasa si un buzo toma agua de mar accidentalmente que está contaminada con millones de bacterias me respondió que le preguntara al prevencionista en riesgo del servicio al cual pertenecemos nosotros, siendo que los dos estudiaron lo mismo ninguno me dio la respuesta. El compresor de buceo que retiene el aire y le envía el aire al buzo, este aire está contaminado por el olor a huevo podrido que irradia en el aire de todo el centro. Sufrimos de irritación a los ojos, picazón de garganta, mareos, náuseas, vómitos y nadie hace nada por nosotros, en las tardes me acuesto asfixiado por el ácido sulfhídrico del agua contaminada donde cada mañana a las 8 horas me sumerjo, porque he visto con mis ojos como las aves cuando caen a la jaula no pueden volar por el ácido que absorben con el alimento, entre nosotros nos miramos y por necesidad tenemos que bajar.
Perdón la ortografía. Les escribe un buzo básico de los 950 que estamos trabajando hace 15 días en la extracción de mortalidad de los 38 centros contaminados de la Región de Los Lagos.”
CUT LLANQUIHUE