El macis, o flor de macis, no es una flor: es la cascarilla de la nuez de moscada. Ambas especias, que provienen del árbol llamado mirística, tienen usos parecidos en la gastronomía, ya que sus sabores son similares, aunque el de la nuez es más dulce y delicado.
El macis se utiliza, además de para dar sabor, para colorear platillos de un precioso tono anaranjado.
Tanto la nuez como el macis se usan en guisos de papas y platos de carnes, aunque también en sopas, salsas y estofados.
El macis, por su sabor fuerte, es más utilizado en bebidas especiadas y calientes, como el ponche de manzana o el ponche de ron con mantequilla.
Su penetrante sabor lo hace también preferido de platillos de invierno (y navideños) como el jamón a la miel. También queda perfecto en salmueras especiadas.
Aunque se puede encontrar molido, tal como los granos de comino o la canela, su sabor es mejor si se conserva entero. Se agrega en pequeños trozos a la mitad o al final de la cocción de los guisos.
Prueba combinaciones arriesgadas como hacer una infusión de macis en la leche usada para hacer crème brulée o helado, en el chocolate caliente o en mermeladas. ¡Un giro completamente diferente y refinado!