Los terremotos de Chile, Haití y el Tíbet en 2010, las inundaciones en Pakistán, la sequía de Nigeria, entre tantos otros desastres naturales que vemos con frecuencia en las noticias, han dejado cientos e incluso miles de muertos a su paso. De acuerdo a la organización Plan Internacional, niños y niñas constituyen más del 50% de la población en riesgo de desastres naturales en el mundo.
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La infancia representa el sector más vulnerable, pues conocen menos información que pueda protegerlos, y muchos de los que no pierden la vida quedan huérfanos. Son vistos con frecuencia como víctimas sin poder, excluidas de la prevención, planificación y recuperación, asegura la organización.
Es por esto que, aprovechando que la III Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Reducción de Riesgo de Desastres se realizará entre el 14 y el 18 de marzo, en Japón, Plan Internacional hace un llamado a los gobiernos, instituciones y organizaciones a construir una cultura de seguridad y resilencia desde el entorno educativo.
Plan Internacional trabaja en 51 países promoviendo los derechos de los niños y luchando por sacar a millones de ellos de la pobreza. De acuerdo a sus datos, 875 millones de niños y niñas en edad escolar viven en áreas con una alta actividad sísmica, mientras que cientos de millones se enfrentan a peligros como inundaciones, deslizamientos de tierra, vientos extremos e incendios.
Programa de Seguridad en Escuelas
En 2005 un terremoto en Pakistán dejó a 19 mil niños muertos, la mayoría de ellos a causa del derrumbamiento de los edificios de la escuela, ya que en ese entonces las regulaciones relativas a los edificios no se aplicaban a las escuelas públicas.
Para no repetir casos como estos, Plan Internacional ha creado el programa de Seguridad en Escuelas con un doble objetivo: que la infraestructura de los establecimientos educacionales sea segura y que se enseñe a los niños desde la escuela a estar preparados para afrontar un desastre.
En 2014, el programa de Seguridad en Escuelas de Plan Internacional trabajó con 2.578 colegios de 31 países, llegando a más de 500.000 niños y niñas. Para 2017, el programa se extenderá a 40 países con el objetivo de trabajar en 7.500 colegios y llegar a un millón y medio de escolares.