Esponjosas y sabrosas. Las magdalenas son el detalle perfecto para una hora del té especial, cuando nos visitan para comer o la colación más exquisita para llevar a la escuela o a la oficina.
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La masa tendrá el toque dulce de la leche condensada y, si lo deseas, puedes añadir un poco de almendras granillo (cortadas en pequeños pedacitos) para hacerlas aún más atractivas. No lo pienses más y haz de esta receta tu primera inspiración en la repostería, ¡el resultado será encantador!
Porciones|12
Ingredientes
- 3 huevos (L)
- 200 gramos de leche condensada
- 75 gramos de aceite de girasol
- 200 gramos de harina
- 10 gramos de levadura de repostería
- 100 gramos de azúcar (aprox.)
- una pizca de sal
- c/n de extracto de vainilla
- piel rallada de un limón
- c/n de almendra granillo (opcional)
Cómo preparar las magdalenas de leche condensada
- Pon en un bol los huevos con leche condensada y bate con las varillas eléctricas hasta que espumen. Incorpora el aceite de girasol y vuelve a batir.
- Tamiza la harina con la levadura y añádela al cuenco, añade también el azúcar, la pizca de sal, el extracto de vainilla y la piel de limón recién rallada. Mezcla bien hasta obtener una masa densa, fina y homogénea.
- Tapa el recipiente de la masa y déjala en el frigorífico mientras se calienta el horno a 200º C, con calor arriba y abajo. Prepara los moldes de magdalenas colocándolos en el molde rígido. Hemos utilizado dos cápsulas de papel en lugar de una, y es que cuando éstas no son muy buenas, quedan manchadas después del horneado.
- Cuando la masa haya reposado y el horno esté a la temperatura indicada (o un par de minutos antes para tenerlas preparadas cuando alcance la temperatura), vierte la masa en las cápsulas rellenando tres cuartas partes. Si lo deseas, añade un poco de almendra granillo sobre la masa.
- Hornea las magdalenas durante 16 minutos o hasta que hayan subido y estén ligeramente doradas. Entonces retíralas del horno y del molde rígido.
- Deja enfriar las magdalenas de leche condensada sobre una rejilla y ya están listas para comer. Puedes servir en el desayuno o merienda solas o con un poco de mermelada casera.
Fuente: Gastronomía y Cia.
Foto referencia.