En Perú, una misionera adventista contactó a parte de la tribu Mashco-piros el pasado 6 de septiembre. Según Survival, la misionera de una comunidad indígena de la región habría llegado en bote hasta el límite del Parque Nacional del Manu, lugar donde habita el pueblo no contactado de los Mashco-piros, donde les dejó ropa y comida.
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Si bien no hay una mala intención aparente en este hecho, es sumamente peligroso que una persona del mundo occidental tome contacto con estas tribus debido a que estos son muy vulnerables a enfermedades como la gripe y el sarampión.
FENAMAD, organización de indígenas amazónicos, advirtió de los peligros que suponen los safaris humanos y los crecientes encuentros entre foráneos e indígenas no contactados. El Gobierno de Perú no ha tomado las medidas necesarias y si no se protegen a estos grupos puede que desaparezcan a raíz de enfermedades y a manos de cazadores contratados por distintas empresas interesadas en sus territorios.
“Misioneros que insisten en vestir a los salvajes desnudos es la metáfora más duradera de la destrucción colonial de los pueblos indígenas y tribales. Las ropas no solo pueden propagar enfermedades, sino que también pueden hacer que estas dolencias se compliquen en personas que no acostumbran a vestir con ellas. Los indígenas demasiado enfermos para cazar corren el riesgo de acabar sentados con ropa permanentemente húmeda y sucia que puede agravar las infecciones que ya han matado a millones de indígenas en las Américas. Que esto siga sucediendo hoy en día es un crimen que debe detenerse. El Gobierno de Perú corre el riesgo de ser cómplice en la aniquilación de otro pueblo indígena más si no prohíbe a los turistas y a personas como estos misioneros que vayan a cualquier parte cerca de los indígenas aislados”, explica el director de Survival International, Stephen Corry.