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La vaquita marina podría desaparecer este año

Grupos de protección a la vida silvestre piden a México reforzar acciones para salvar a esta pequeña marsopa endémica del mar de Cortés.

En 2012, la vaquita marina ingresó a la lista 10 animales en peligro de extinción publicada por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) cada año. Desde ese entonces, sigue ocupando un lugar en el ranking.

Estudios recientes indican que la población de Phocoena sinus ha sido reducida a menos de 100 ejemplares en vida silvestre. Se calcula que sólo quedan 25 hembras, las cuales sólo dan a luz una cría cada 2 años. Esto aumenta las posibilidades de que la especie desaparezca en corto tiempo, tal vez este año.

Los esfuerzos realizados por el Gobierno mexicano han resultado insuficientes, entre pescadores que creen que se trata de un animal mitológico y la resistencia en el cambio de técnicas de pesca. Pero, claro, existe un factor más en la ecuación.

De acuerdo con el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA), en el Mar de Cortés existe una actividad en particular que agrava la situación de la marsopa mexicana. Se trata del comercio ilegal de la totoaba, cuya demanda ha aumentado en China en los últimos años.

Desde 1975 se declaró una veta total a la pesca de totoaba, especie que también se encuentra en peligro de extinción. En China es muy preciado por su vejiga natatoria, que se cree posee propiedades medicinales. Como la especie oriental es difícil de conseguir, voltearon a la opción mexicana.

Ambas especies son endémicas del Alto Golfo de California, lugar donde también captura camarón. El año pasado, por ley federal, se modificaron los estándares de esta actividad para proteger a la vaquita marina. Pero, ¿qué pasa con el comercio ilegal del pez?

Lorenzo Rojas, científico de CIRVA, ha tenido la oportunidad de platicar con pescadores de la zona. Dicen que los compradores ofrecen hasta MXN $111.985,04 por kilo de vejiga natatoria de totoaba (USD $8.514,71). Un ejemplar adulto de totoaba tiene una vejiga de medio kilo.

“Es un incentivo brutal. Ellos ganan en pocas capturas lo que normalmente ganan en un año”, dice Rojas a The Guardian

Lo peor, es que existe evidencia (aún no confirmada) que este comercio ilegal está vinculado con el narcotráfico, que lo toman como otra línea de negocio.

Entonces, con estos datos vemos que el Gobierno mexicano tan sólo “resolvió” el problema de manera superficial con la implementación de nuevas técnicas de captura de camarón. Hay un fondo que apenas conocemos y que no se ha tratado, mismo que pone en grave peligro a otra especie endémica del acuario del mundo — como lo denominó el mismo Jacques-Yves Cousteau.

México, este es un llamado, queda mucho por hacer si queremos salvar a la vaquita marina y a la totoaba, también.

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