El nombre del ajolote proviene del náhuatl y significa “monstruo de agua”, algo que le hará honor a su aspecto pero no a su personalidad. Probablemente no sabías que en México hay 18 especies de ajolotes que habitan en lugares muy específicos y estamos acabando con ellos.
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La mayoría de los ajolotes vive (o vivía) en el lago de Xochimilco y sus canales. Ahora, por lo que se sabe sólo, existe en las reservas de la UNAM. Además de estos hay dos casos excepcionales: una especie de ajolote, el Ambystoma velasci, que habita en las lagunas de la Sierra Norte de Puebla y Chignahuapan; y la especie Ambystoma taylori, endémica de Puebla y vive sólo la laguna de Alchichica y la laguna de Las Minas.
Es una pena que ocupando hábitats tan pequeños y contados, seamos incapaces de dejarlos vivir libremente. La desaparición del ajolote en su ambiente natural se debe a la destrucción del mismo y la introducción de especies no nativas como las truchas y otros peces que la gente comercializa en actividades turísticas. Algunos lugareños lo utilizan también con fines medicinales para elaborar jarabe de ajolote.
Para asegurar su conservación en Puebla, la BUAP ha trabajado para reproducirlos en cautiverio y se ha logrado con éxito. Sin embargo, mientras no se solucione el problema de las especies no nativas, reintroducir a los ajolotes en su medio natural será imposible, pues éstas se alimentan de los huevos y larvas de los ajolotes. Así ningún programa de conservación funcionará.
Aunque viva en un hábitat limitado, el ajolote cumple una función en la naturaleza y la cadena trófica, además es un símbolo de nuestra cultura al ser una parte importantísima de la cosmovisión de los mexicas. El ajolote por sí mismo es místico; sus características fisiológicas y carga genética lo hacen un animal único.
El ajolote representa un papel fundamenta para la ciencia, se han realizado diferentes estudios en embriología alrededor de él gracias al funcionamiento de su extraordinario cuerpo. Tiene la capacidad de regenerar partes de su cuerpo y conserva sus rasgos larvales aún en su vida adulta.
Una de las acciones que tú puedes emprender para rescatar al ajolote es no comprándolo, pues algunas personas los retiran de su hábitat para venderlos en el mercado negro ya sea como mascotas o con fines medicinales, además de los jarabes también se consume en caldo.
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Son pocos los lugares donde habitan, nosotros podemos realizar otras actividades para vivir que no involucre destruir el suyo. Ojalá los programas de conservación sigan trabajando y las especies que invaden su hábitat natural sean retiradas para que podamos tener ajolotes viviendo en nuestros lagos nuevamente.
Fuente: Ajolote se encuentra en peligro de extinción en Puebla (Vanguardia)