Para que los alimentos tengan mayor duración hay que saber cuál es la forma correcta de conservarlos, y así sacar el mayor provecho de sus propiedades.
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En el caso de la leche, los huevos y la crema, no hay vuelta atrás, éstos deben estar en el refrigerador, incluso hay lugares específicos de tal electrodoméstico para conservarlos de mejor forma.
Para quienes recién comienzan en la entretenida vida de la independencia, les contamos de algunos alimentos que no tienen por qué estar guardados bajo el hielo de las heladera. En serio, no todo lo que traes de la feria debe ir a este gran invento almacenero.
Cebollas
¡Por ningún motivo! La piel de las cebollas está hecha para recubrir y proteger del exterior, además, esta particular lámina debe seguir desarrollándose en un lugar fresco y seco, ni parecido al refrigerador. Importante también es mantenerlas lejos de las papas, ya que éstas emiten un gas que hacen que las cebollas se humedezcan, perdiendo su frescura.
Paltas
Esta exquisita fruta que nos seduce año a año tampoco es un alimento que se deba conservar en ese frío electrodoméstico. Muchas veces se comprar los aguacates verdes y su proceso de maduración debe continuar en un espacio fresco, limpio y libre de humedad.
Albahaca
Lo mejor que puedes hacer con esta fresca hierba que aromatiza sus ambiciosas recetas, es dejarla en un vaso con agua, líquido que debe ser cambiado cada dos días. Todo esto debe ser en un lugar donde el sol no llegue directamente. Además, es recomendable cubrir la albahaca, holgadamente, con una bolsa de plástico, lo que ayudará a mantener la humedad.
Papas
Se agradecen aquellas casas o departamentos en los que se pueden guardar alimentos en una despensa, ese ideal espacio en el que se pueden conservar los alimentos que no deben ir al refrigerador. Otro buen ejemplo de alimento que dese ir ahí son las papas, las que, ojalá, se deben guardar en una bolsa de papel en ese rincón seco y fresco, claro.
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Tomates
Los entendidos hablan de que los tomates en el refrigerador pierden su frescura y naturalidad, poniéndose harinosos y sin el gusto particular que los caracteriza (especialmente cuando se preparan con queso y albahaca). Conserve en alguna frutera alejados del sol y espere ese tono particular cuando están maduros y listos para ser devorados.
Fuente: Kitchendaily
