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Protesta en DF contra el alza del boleto del Metro

El aumento en el precio del Metro ha enfadado a la población de la capital mexicana; existen otras opciones viables y más ecológicas.

No obstante, la encuesta ha sido considerada como inexacta, pues contiene sesgos en sus preguntas y la base de datos no fue liberada. En respuesta, se gestó en redes sociales una protesta contra esta alza en la tarifa a través de la campaña #PosMeSalto, que invita a los usuarios del Metro a brincarse los torniquetes como forma de reclamo.

En contexto, el Metro de la ciudad de México es un transporte público que goza de un amplio subsidio. Su costo real debería ser de $10.5 MXN pesos (alrededor de 80 centavos de dólar), pero gracias al apoyo del gobierno, la tarifa está en 3 pesos (25 centavos de dólar, aproximadamente). El incremento aprobado por Mancera deja el boleto en 5 pesos (40 centavos de dólar).

El último incremento se dio hace 4 años, en 2009, durante la gestión de Marcelo Ebrard, quien autorizó subir el precio de 2 a 3 pesos. Antes eso, hay que remontarse hasta 2001 para detectar otro incremento, de 1.5 a 2 pesos.

Durante la gestión de Ebrard también se hizo una encuesta sobre el costo del boleto, en la que 79% de los capitalinos estuvieron a favor del ajuste y 74% a favor de la tarifa de 3 pesos. En respuesta, el Jefe de Gobierno dejó como legado la Línea 12 del Metro, obra que costó 24 mil millones de pesos.

La protesta

Sin embargo, la coyuntura ha cambiado. El aumento que propone Mancera, además de estar respaldado por su dudosa encuesta, se da en un momento en que la mayor parte de la inversión presupuestal federal en movilidad se destina al automóvil.

Hasta ahora, el Distrito Federal se ha distinguido por ser la única entidad que invierte más en transporte público y ciclismo urbano que en los autos, aunque sí subsidia indirectamente el caos vial en el Centro Histórico.

Si bien es cierto que el dinero recabado por el aumento se usará (según las promesas del gobierno) en el mejoramiento y mantenimiento del Metro, la forma en que fue presentado el incremento no fue la más legítima. Por esa razón, centenas de personas han protestado con el salto de los torniquetes; en respuesta, el gobierno capitalino ya ha anunciado multas y prisión para quienes se brinques los accesos y estudia la posibilidad de castigar “a quienes inciten” esa conducta.

Resulta peligroso, además, en el contexto actual del gobierno de Mancera, que se ha caracterizado en su primer año por la represión de manifestantes. El alza en el tarifa entrará en vigor el viernes 13 de diciembre, por lo que se espera que ese día se den más actos de desobediencia civil contra el incremento.

Las alternativas

¿Qué otras opciones hay para compensar el gasto? Un estudio de Indicador Consultores señala algunos datos muy reveladores: en los hogares con pobreza alimentaria, el gasto en transporte representa cerca de 22.4% del ingreso familiar mensual. Con el aumento, llegará a 37.3%. Para la población no pobre, el gasto actual representa 6.7% del ingreso mensual. Con el aumento, llegará a 11.2%.

En primer lugar, está el Impuesto sobre Tenencia o Uso de Vehículos, un impuesto que se pagaba por tener un automóvil y que fue removido en 2012 por el gobierno federal. La administración del presidente Felipe Calderón dejó a discreción de los estados la decisión de mantener o quitar dicho gravamen. El gobierno del DF optó por mantenerlo sólo para autos con valor superior a 250 mil pesos.

Para 2013, el gobierno de la capital espera recibir 2 mil 198 millones de pesos por tenencia; mientras que el gobierno federal recaudó por tenencia en 2011 4 mil 884 millones de pesos. La diferencia (2 mil 686 millones de pesos) es similar al ingreso que se percibiría con el aumento del boleto del Metro (2 mil 915 millones de pesos).

El Metro es un transporte con menor impacto ambiental que el automóvil, además de que el costo social es más grande al perjudicar a las personas con menor ingreso. El estudio de Indicador Consultores concluye que el déficit financiero del Metro podría cubrirse con un incremento razonable en el boleto, aunado a un impuesto de tenencia vehicular.

Además,la mayoría del presupuesto de operación del Metro se va a la burocracia, no al mantenimiento. En 2011 se gastaron 200 millones de pesos en reparaciones, contra 638 millones en prestaciones al personal.

Otro tema es el subsidio a la gasolina y a la infraestructura vial para automóviles. Se calculan 65 mil 158 millones de pesos en subsidios para el auto (directos o indirectos) en 2010, contra apenas 200.5 millones al transporte público.

A eso hay que sumarle a quién benefician estos subsidios: casi 50% de la gasolina la consumen los dos deciles de ingreso más alto, mientras el otro 50% se reparte entre el resto. Las personas en peor situación económica apenas gastan 2% de su ingreso en gasolina. En contraste, para el 10% más pobre de la población, el gasto en transporte público representa 10% de su ingreso; para el 10% más rico, menos de 2%.

Es claro que los beneficios de los subsidios en movilidad son para las personas con mayores ingresos. ¿Por qué no equilibrar la balanza un poco y destinar esos recursos al transporte público como el Metro? ¿Por qué no pensar, además de la equidad económica, en reducir las emisiones de dióxido de carbono, que buena falta le hace a la capital?

Fuente: Arrecian protestas contra alza al Metro; vuelan boletos de 3 pesos (La Jornada)

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