Puede que no lo parezca, pero hacer ejercicio por la mañana puede ser la clave para una gestión eficaz de las porciones de alimento y frenar el apetito. Una investigación reciente señala que entrenar por la mañana reduce las ganas de comer, lo que se traduce en que es menos probable que llegues a buscar alimentos hacia el final del día.
El estudio de la Brigham Young University, publicado en la edición de octubre de la revista Medicine & Science in Sports & Exercise, puso a personas con peso normal y sobrepeso a ejercitar por 45 minutos cada mañana y luego mostró a los participantes imágenes de alimentos para contrastar su reacción contra un grupo de personas de las mismas características, pero que no ejercitaban.
Al medir la actividad neuronal, los participantes que habían ejercitado mostraron una menor respuesta cerebral que aquellos que no hicieron ejercicio. Por supuesto, el tamaño de la muestra era muy pequeño (35 mujeres) y los 45 minutos de ejercicio en una caminadora no se pueden comparar con otros tipos de ejercicio más intensos, por lo que hay mucha más investigación que realizar. Aún así, los resultados apuntan a que un ejercicio moderado durante las mañanas nos ayuda a no comer en exceso durante el día, por lo que quizás vale la pena probar.
Fuente: Work Out in the Morning to Curb Your Appetite Later in the Day (Lifehacker)