La feria, la vega, el mercado o el crea, dependiendo del territorio nacional en que nos encontremos, es lugar de encuentro de todos los productos de temporada, en donde se une las tradiciones más puras de nuestra gente, con personajes dignos de cualquier película de Cantinflas. Personas que se levantan al alba para que nosotros podamos disfrutar de toda esta belleza, gente que piensa que lo que no los mata los hace más fuertes, gente de esfuerzo, cariñosa y de sonrisa fácil. ¡Gente linda!!
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Caminaba por dentro de un mar de gente, con los gritos entonados ofreciendo su mercadería, hombres, mujeres y niños, todos por igual. Yo me detenía para conversar con la gente que me parecía distinta e interesante, sacaba fotos de ellos y sus productos, preguntaba el origen, cuáles eran las cualidades y todas las preparaciones posibles. Me sentía dentro de un mundo en que el tiempo no avanzaba y cuando llegué a un puesto de condimentos y encurtidos, el tiempo se detuvo.
Mi mente hacía flashback entre una reunión de gozadores gourmet en Santa Cruz y lo que estaba viendo en ese momento. ¡¡¡¡Sí!!!!! Este es el ADN del sabor más nuestro, estos son los condimentos base de nuestra cocina y son nada más simple que los se pueden ver en la foto. El aliño completo, el ají de color, el ajo, el comino, el laurel y el orégano.
Pensemos que han estado en todas las ferias, vegas y mercados de todo el país durante mucho tiempo de nuestra vida republicana. Si comenzamos a pensar en recetas tradicionales, todas llevan por lo menos uno de los condimentos antes señalados, como por ejemplo: la color, que es manteca con ají de color, las papas con mote también lo llevan, las empanadas caldúas tienen ají de color y aliño completo, las cazuelas llevan orégano, los adobos para las carnes de cerdo, etc. Ahora, pensemos en la comida que preparamos todos los días en nuestras casas, o cuáles son las especias que guardamos en nuestros condimenteros. Revisen si no me creen.
Caso aparte es el de la marca ícono de los condimentos populares, “La Negrita”. Quién no se acuerda, quién no la ha probado, es casi una institución popular y que nos dio el ADN de nuestra cocina chilena.