En unos días el gobierno italiano prevé enviar al parlamento una nueva legislación para gravar las bebidas azucaradas con impuestos debido al impacto que sobre la salud tienen y de esta forma fomentar los buenos hábitos alimentarios entre los italianos.
PUBLICIDAD
De esta forma de nuevo nos encontramos ante el dilema de si “papá Estado” debe o no mirar por nosotros a la hora de consumir algunos productos. O el otro dilema de sí lo que realmente buscan con estas medidas es simplemente recaudar dinero por otra nueva vía, como ya se graban otros artículos de consumo que también afectan a la salud.
El decreto que han preparado consiste en grabar con 7 céntimos de euro el litro de las bebidas azúcaradas, con edulcorantes y burbujas. De esta forma las latas costarán unos 3 céntimos más y las botellas de dos litros 14 céntimos más. Todo va incluido dentro de un pack de subidas de impuestos.
Italia, debate a parte de si el estado debe mirar por nuestra salud o no, o si solo se trata de recaudar más dinero, se suma así a otros países europeos que han legislado en materias parecidas.
- Francia grava con entre tres y seis céntimos por litro para estas bebidas.
- Dinamarca grava las grasas saturadas con un impuesto para los artículos que tienen más de un 2,3% de este tipo de grasas, lo que las hamburguesas cuestan 15 céntimos más o 33 céntimos más un envase de mantequilla.
- En Finlandia se han gravado los dulces en general: refrescos, helados, chocolate, etc.
Sea como sea el debate se abre una vez más. Pero también, una vez más es una excusa para que otros gobiernos se planteen gravar en sus países este tipo de productos. Salud o recaudar, esa es la cuestión.
Vía El País