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Una botella para cada vino

El por qué de que unas botellas de vino sean diferentes a otras es principalmente por una explicación funcional, aunque evidentemente también es artística.

Después de iniciar hace algo más de un mes las catas de vinos he creído conveniente hablar, en mi espacio semanal, de otras cosas muy relacionadas con el vino. Y es que no sé si os habéis dado cuenta pero cada uno de los vinos que hemos catado tenían botellas diferentes y no creáis que es algo que va a gusto del bodeguero, todo tiene un por qué.

Y el por qué de que unas botellas de vino sean diferentes a otras es principalmente por una explicación funcional, aunque evidentemente también es artística, como podemos ver en algunos de los vinos que se hacen actualmente en los que participan diseñadores de ropa, artistas, etc. Pero dejando de lado estos vinos, vamos a por los tradicionales y en los que se utiliza la botella de una forma funcional.

Estructura de la botella de vino

Por ejemplo, no encontraremos botellas elaboradas con cristal debido a lo frágil del elemento y no encontraremos botellas de plástico (por lo general, ni cartón, etc.,), las botellas son de vidrio porque tiene una naturaleza aséptica propia. Es decir tienen resistencia a la acción de microorganismos y a los ácidos propios del vino.

Las botellas son de un color determinado también por una acción funcional sobre el vino que albergan. El más usado es el verde, de tal forma que este color repele algunas radiaciones de la luz. Pero eso no quiere decir que no se utilicen otros colores, por ejemplo transparente lo que se consigue es que el vino evolucione más rápido. De ahí que se utilice solo para vinos con una vida comercial más corta y se pretenda incentivar su venta más rápidamente.

La forma de la botella también tiene un sentido. Por un lado identifica la procedencia e incluso con el tipo de vino alberga, pero también la forma general, la forma común tiene un sentido funcional. Por un lado es más económica hacerla, por otro lado el vino evoluciona mejor en ausencia de aristas y esquinas en la botella.

El gollete también se hace porque ayuda a mantener la tensión del vidrio durante la operación del corchado. Es decir sin él es probable que la botella se rompiese. La misma presión que hace que el fondo sea curvo, para poder repartir la presión del líquido y la botella no se rompa.

Tipos de botellas de vino

Ahora bien por la forma de la botella, la forma particular de cada botella tendremos varios tipos diferentes, cada una con su nombre. Empezamos:

  1. Bordelesa. Es cilíndrica, con hombros marcados donde pueden apoyarse los posos de vino para que no caigan en la copa. Es el tipo de botella que más se utiliza.
  2. Borgoña. Es la botella que se usa en la región de la borgoña y en muchas otras partes del mundo. Es ancha en la base y se va estrechando hasta el cuello, no tiene apenas hombros.
  3. Renana o alsaciana. Es el tipo de botella más empleado para vinos blancos jóvenes. Tiene una forma muy estilizada, haciéndola más alta que las anteriores.
  4. De cava o champán. Es un botella diseñada especialmente para vinos espumosos. Tiene las paredes más gruesas para poder soportar la presión del carbónico. La concavidad de la base también es más pronunciada por este hecho.
  5. Jerezana. Es un botella típicamente española, es totalmente opaca y de forma similar a la bordelesa pero más estrecha de base que por los hombros.

Otro día podremos hablar de más tipos de botellas que varían sus nombres en función de la capacidad de cada una de ellas, las hay hasta de 27 litros para que os hagáis una idea.

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