El recuerdo del coqueto gallinero del Gallo Claudio, ha quedado en el olvido. Cerca de 51 millones de gallinas permanecen recluidas en jaulas ínfimas en distintas empresas avícolas de todo Europa.
Las aves viven toda su vida encerradas, sin movimiento para nada, ni para sus fecas, ni para comer, y si lo hacen, es todo revuelto, como los huevos que los humanos comen al desayuno a costa de estas pobres aves. Es por ello que la Comisión Europea (CE) anunció que abrirá expedientes de los países que no tomen las medidas necesarias para adaptar a la brevedad posible las jaulas de las gallinas ponedoras, instalando en éstas dispositivos de corte de uñas y otros elementos destinados a mejorar su bienestar.
La idea de la CE es que desde el primero de enero del 2012, países como España, Italia, Grecia, Hungría, Polonia y Chipre, que no han cumplido con la norma europea, instalen de una buena vez las jaulas que establece la norma, o bien que tengan a las aves solo en “jaulas enriquecidas” donde las gallinas se encuentran al aire libre o en graneros.
La normativa europea obliga a que las gallinas ponedoras dispongan a partir de 2012 de al menos 750 cm2 de superficie de la jaula, de un nido, de una yacija que permita picotear y escarbar, de un bebedero apropiado y de dispositivos de recorte de uñas.
Según el comisario de Consumo de Europa, John Dalli los ganaderos y productores de huevos han tenido un plazo de transición largo, ya que la decisión se adoptó en 1999. Por lo tanto ha insistido en que no retrasará la fecha de entrada en vigor de la prohibición, a pesar de que varias naciones quieren que se de más plazo
De está manera la Comisión dirigirá esta semanaa los Estados miembros que no cumplan la normativa, una carta a modo de “última advertencia”, destinada a recabar información de las autoridades nacionales para “hacer balance” del grado de cumplimiento y, eventualmente, comenzar con las multas pertinentes.
Los países que no respeten la normativa se arriesgan a perjudiciales penalizaciones, por ejemplo, obligando a que los huevos de esas gallinas sólo se puedan utilizar a nivel nacional, para la fabricación de “ovoproductos” (derivados del huevo obtenidos a partir de huevos enteros, claras o yemas).
España es uno de los países que más posee gallinas ponedoras de toda la Unión Europea, es por ello que fue la primera nación en cuestionar la medida y denunció estar “estigmatizada”, por contar con el mayor parque de pollos en toda la región, lo que les dificulta aun más el cumplimiento de la normativa.
Por otro lado, Portugal alertó de la posibilidad de que la restricción al comercio de huevos entre Estados miembros genere un aumento de las importaciones procedentes de terceros países con estándares menos estrictos.
Quizás ahora, y por medio de esta información, los incomprendidos veganos, puedan comenzar a ser entendidos como luchadores frente a este tipo de explotación animal.
Fuente: Europa insiste en velar por el bienestar de sus gallinas ponedoras (Emol)
