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Ya no comemos lo que comían nuestros abuelos

Estudio muestra que emigrantes mexicanos en Estados Unidos tienden a comer más alimentos menos saludables que los que consumían en su país.

Una de las características más relevante de la globalización es la uniformidad cultural, considerada la piedra en el zapato de los escépticos, ya que argumentan que muchas veces se manifiestan nuevas formas de colonización e imperialismo a través del mercado.

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Por ejemplo, ya no es raro almorzar en tiendas de comida rápida extranjeras en pleno territorio local o adquirir productor elaborados en áfrica por una empresa norteamericana en un supermercado latinoamericano. Esto, según algunos sociólogos, son factores globalizadores que amenazan con la destitución de la cultura propia.

Esto obviamente se incrementa al momento de ser la persona quien emigra y debe adaptarse a la cultura del país de alojamiento.

Según un estudio de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos), mayoría de los mexicanos que emigran al país terminan adoptando la “dieta estadounidense” poniendo en riesgo su salud.

La investigación, “La Aculturación Alimenticia conlleva a diferencias en los hábitos entre mexicanos, mexicoamericanos y blancos no hispanos”, publicada en la versión digital del Journal Nutrition, resaltó los cambios alimenticios de los emigrantes en Estados Unidos.

Pese a que los resultados arrojaron que los mexicanos comen más frutas y vegetales, carne, pollo y consumen leche bajas en grasa y pan con fibra, con el tiempo, el emigrante tiende a ingerir más alimentos saturados en grasas, azúcares, postres y meriendas con alto contenido de sal como pizza y papas fritas, y su dieta es menos balanceada y saludable que la que seguían en México.

El contacto con la cultura Norteamericana, afectaría la soberanía alimentaria y el derecho a alimentos nutritivos y culturalmente adecuados del emigrante, lo que tiene repercusiones importante en su salud, según el estudio de la Escuela Gillings de Salud Pública de UNC en Chapel Hill.

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“Esto podría generar enfermedades como obesidad, sobrepeso, deficiencias del corazón, ciertos tipos de cáncer en comparación con las personas que viven en el otro lado de la frontera”, enfatizó el estudio.

Los resultados fueron extraídos de la muestra de 16.00 personas de cuatro grupos: mexicanos, mexicanos que emigraron a Estados Unidos, mexicoamericanos, y blancos no hispanos, niños de 2 y 11 años, adolescentes y adultos de 12 a 49 años, y arrojó considerables aseveraciones en los hábitos alimenticios, principalmente de las generaciones más jóvenes.

Carolina Batis, una de las autoras del estudio y candidata a un doctorado en nutrición de la prestigiosa universidad, afirmó que la dieta de los hijos de mexicanos en EU refleja en casi una totalidad a la de la cultura estadounidense.

“Esto demuestra que los hábitos de comida de los mexicoamericanos nacidos en México y Estados Unidos tienen más en común con la dieta estadounidense que con la mexicana”, enfatizó la experta.

El estudio Norteamericano estableció que algunos de los cambios resaltantes incluye que los mexicanos toman el café negro y aquí lo hacen con leche, crema y azúcar. Por otra parte, baja el consumo de tortillas de maíz en comparación con México, un alimento que representa el 25 por ciento de las calorías que consumen los mexicanos diariamente, el cual es bajo en sodio y alto en fibra.

La especialista explica que estos cambios se debe a que los mexicanos van asimilando patrones alimenticios que van enseñando a sus hijos e inclusive, a sus nietos.

“Debemos continuar educando a los mexicoamericanos los efectos en la salud de la dieta del estadounidense, lo beneficioso de las comidas altas en fibras y bajas en grasas pero con prudencia con los azúcares. Hay que ser cuidadoso con lo que se come”, concluyó Batis.

Fuente: Dieta de inmigrantes aumenta riesgo de enfermedades (Es Más)

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